La boxeadora amateur “La Chicana” cuenta el legado deportivo de su familia

Un guiño de complicidad se descubre tras la máscara de Lluvia, quien acepta que le hubiera encantado que su hija le siguiera la huella en los enlonados de lucha libre. Y en cierta forma lo hizo, pero el encordado que eligió resguarda a dos combatientes que portan guantes en busca de la victoria: es boxeadora.

“Estoy contenta y orgullosa, qué más hubiera querido que mi hija siguiera con la tradición de la dinastía Chicana pero no la puedo obligar”, comparte la enmascarada.

Aunque, tras involucrarse en la disciplina que acogió su hija Tábata, la fuerza del boxeo la rindió. “Es algo distinto a la lucha, pero mi hija es buena en el box, los números hablan, va invicta en su carrera y no deben perderla de vista”.

Una pasión que atrapó a la ‘Chicana’ muy temprano. “Venía a entrenar normal, después de una semana de estar acá me dijeron que me movía muy bien, me preguntaron que si ya tenía experiencia en otros gimnasios, les dije que no, que era mi primera vez. Se sorprendieron y me propusieron empezar a pelear. Llevo apenas siete meses entrenando. Dicen que voy por buen camino en el box y me siento contenta”.

Del pugilismo sabía lo mismo que cualquiera, no era aficionada, pero le atraía la forma de pelear de Jacky Nava, también veía al ‘Canelo’ y a otros en las funciones que pasaban por la televisión. Ahora es parte de su vida.

Actividad que pone a su mamá y abuela con los nervios a tope. “Es horrible verla pelear, me muerdo las uñas, grito, es un nervio enorme y me tranquilizo hasta que ya va a terminar la pelea. Antes, quiero morir”.

Reacción que no pasa desapercibida para la pequeña púgil. “Yo las veo muy inquietas, pero le digo a mi mamá que es la misma sensación que me provoca cada vez que ella sale a trabajar en la lucha libre”.

UN AMOR EN PAUSA. A la par de estudiar la preparatoria y con la mente fija en estudios profesionales de nutrición, Tábata no descarta volver alguna vez al llamado deporte de los ‘costalazos’, en el pasado entrenó con Tony Salazar en la Arena México.

“De niña me llamaba mucho la atención, me gusta ver las luchas y es un mundo que respeto. Los entrenamientos son distintos a lo nuestro pero tal vez en algún futuro le regale una lucha a mi mamá haciendo pareja”.

Posibilidad que ilusiona a su madre, le roba una sonrisa. “Sería lindo estar juntas en la misma esquina, enfrentando a otra dinastía”. Aunque, en realidad, la Chicana tiene otros planes. “Quiero ser campeona mundial. Sueño con ganar todas mis peleas”. 

 “Sería lindo estar juntas (con su madre) en la misma esquina, enfrentando a otra dinastía”

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 “Muchos me dicen que sería lindo vernos juntas en la misma esquina, enfrentando a otra dinastía, pero no la puedo obligar”,