La Arena Isabel de Cuernavaca, 56 años de historia de la lucha libre mexicana

Durante 56 años de vida y de funcionamiento, la Arena Isabel de Cuernavaca, se erigió como uno de los recintos más importantes para la historia de la lucha libre mexicana.

A 10 años de haberse finiquitado la compra venta del inmueble más connotado del pancracio estatal, nacional e internacional, no sólo para la afición del estado de Morelos, sino de diversos puntos de la República Mexicana, hoy en día, su legado y su recuerdo, perduran en la memoria de una quinta generación de amantes al deporte espectáculo.

Ante la posibilidad de construir una de las mejores arenas de box profesional de todo el país, la Isabel, se construyó, emulando el recinto de la Arena Coliseo de la Ciudad de México, con un tipo embudo y con una capacidad para más de 2 mil espectadores sentados.

El cuadrilátero incluso, se instaló pensado en recibir peleas de box profesional, como fue el proyecto del entonces propietario Miguel González, considerando que su familia, se mantendría vigente en la Arena Fray Nano, exclusiva de la lucha libre en Cuernavaca, ubicada en lo que hoy es el Palacio de Gobierno.

Sin embargo, la afición en la capital insistía en abarrotar el graderío de la Fray Nano y no así el de la Isabel, la cual pese a los esfuerzos de traer a las nacientes figuras del deporte de las “orejas de coliflor”, no jalaba, hasta que el permiso para las funciones de lucha libre se acabó y llegó la mudanza. En ese momento, surgió la figura de quien se convertiría en el cerebro operativo, de detección de talentos y el mejor conocedor de la lucha libre profesional en México, el empresario Ramón Cué Gómez, a quien se le brindó la confianza para montar las funciones de lucha libre y en honor a su esposa, el inmueble llevaría el nombre de la Arena Isabel.