El hijo del Dr. Wagner Jr. no pudo seguir haciendo historia en Japón por culpa del Covid

La séptima aventura del Hijo del Dr. Wagner Jr. en Japón fue inolvidable. Todo inició el 26 de marzo del 2020, casi a la par de la explosión de la pandemia de Covid-19 en México, cuando aterrizó en Tokio para encarar el primer gran reto profesional en su carrera, el torno 'Global Tag Team' organizado por la empresa NOAH Pro Wrestling.

La vida profesional lo premiaba, pero mientras tanto, el mundo era golpeado con más fuerza por el coronavirus, situación que en Japón parecía superada. “Cuando llegué a Japón se hablaba un poco más de lo que era esta pandemia en México. Pero en Japón, aparentemente ya había pasado todo el peligro, se estaba limpiando el país, así que los primeros tres días trabajé 'normal', es decir, en eventos a puerta cerrada pero la vida estaba volviendo a la normalidad”.

Sin embargo, el panorama cambió en unas horas. Después del 4 de marzo todo se vino abajo de nuevo, se entró a otra fase, cerró todo y él estaba anclado en un departamento. Con su familia en México, Dr. Wagner Jr., su padre, en Torreón; y su madre, Rossy Moreno, en Ciudad Nezahualcóyotl, el enmascarado trató de alejarse de las noticias para no ser víctima del estrés. Su familia allá, fue el luchador franco-canadiense René Duprée, con quien alcanzó la final de la 'Global Tag Team', misma que ganó unos días después.

Volvió a México en cuanto fue posible, con la esperanza de regresar a Japón para defender los cinturones, pero el destino le tenía una dura sorpresa.

“La empresa habló conmigo y me quitó los campeonatos. No pudimos ir a defender. En noviembre intentamos ir a Japón a hacer la defensa y no pude ingresar. En diciembre lo intentamos, cumplimos los requisitos pero no se pudo y al cerrarse las fronteras el día 15 fue imposible. Luego, partía el 25 de enero y tampoco se logró, todos hicimos lo que estaba en nuestras manos”, comparte.

No había mucho que hacer, tampoco evitar la tristeza. “Me bajoneó mucho la situación, porque ha sido un año muy complicado y esto lo agudizó. Me siento frustrado, es un conjunto de emociones porque esperas muchos años esa oportunidad, y cuando no se puede seguir, lo único que aprendes es que debes seguir preparado para una nueva”.

Durante esta época, su refugio ha sido la casa de su padre, donde cuenta con gimnasio grande, el Campeones Gym y a un lado, la arena del mismo nombre. “Entonces tenemos las condiciones perfectas para seguir en este momento. No he perdido condición y hasta he perdido algunos kilos, listo para regresar con una mejor versión en un futuro regreso”.

Una versión renovada y llena de fortaleza mental. “Creo que cuando vives un buen momento como luchador, te peleas con todos, estás en otra actitud. Ahora extraño hasta a mi máximo rival, a los promotores, aficionados, hasta una mentada de madre. Esto me ha enseñado a valorar y a respetar lo que amo, como familia, nos ha ayudado a crecer en muchos aspectos”.