JUGAR ES UN ARTE

El futbolito de mesa aún no ha muerto

El futbolito de nuestra infancia parece empolvarse en las ferias, pero aún hay locos y soñadores que lo han rejuvenecido

metegol futbolín Futbolito de mesa

Foto: Archivo El Gráfico

Deportes 04/04/2019 14:31 Roberto G. Castañeda Actualizada 19:11
 

En tiempos donde un futbolista cuesta millones de dólares, en épocas en las que los videojuegos simulan al balompié, cualquiera pensaría que los viejos pasatiempos están pasados de moda: coleccionar estampitas y llenar álbums o jugar retas de futbolito.

Pero no, todo indica que aún hay románticos que creen en el 'metegol' o futbolín. Futbolito de mesa, para los mexicanos. En algunas ferias de pueblo o en incluso en ciertos bares de moda aún se puede practicar esa modalidad con la que crecieron nuestros padres y abuelos.

El costo de un futbolito puede ir desde los 500 varos (portatil) a los 2,500 (ya más elaborado) y llegar hasta los 30 mil pesos (con barras de acero cromado y más pro). 

Hay para todos los bolsillos. Pero nunca falta un loco o un artista atrevido que decida llevar este juego a los niveles del arte. Por ejemplo, la empresa belga Play It Art ha puesto a la venta un futbolito concebido como una obra de arte. Y cuesta la grosera cantidad de 80 mil euros (algo así como un millón y 700 mil pesos). 

Se trata de una obra del escultor francés Stefane Cipre y se muestra en una exclusiva tienda de Bruselas, Bélgica. Por ahora es una pieza única y cuando mucho se harán otras diez obras, sobre pedido. Los jugadores están esculpidos en acero y son dedicadas a leyendas del balompié como Cruyff, Di Stéfano, Eusebio, Messi, Cannavaro, Zidane, Maldini, Cafú o Buffon.

"Lo hemos colocado inclinado para que la gente pueda tener una buena vista de la cancha, que está hecha en cuero... pero absolutamente creado para jugar", explican los expositores.

En México también se han modificado futbolitos para convertirlos en obras de arte. El mejor ejemplo es Cocolvú, un ilustrador y diseñador mexicano que ha hecho arte para discos o marcas como Converse; también ha intervenido muros en Tokio y otras ciudades.

Cocolvú, quien se define como un artista que desea "transmitir armonía, emoción y sobre todo sonrisas en la cara de quien se tope con alguna de mis obras”, tiene su versión colorida de un futbolito.

Se trata del futbolito Cocolvú, trabajado sobre una mesa de madera de pino y triplay, marcadores electrónicos, narración de goles, varillas de acero y muñecos de aluminio. Esta obra de arte, colorida y que grita gol desde cualquier ángulo, esta valorada en unos 23 mil pesos por la empresa Atomik, especializada en mesas de juego.

Así que, como se verá, el futbolito de nuestra infancia ya se puede considerar un arte, que conlleva sonrisas, horas de juego y felicidad. Sin importar su costo.

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