Desde hace 43 años
Conoce la historia de las canchas deportivas de la colonia Lagunilla, en Cuernavaca
Aunque nació como una opción para la práctica del futbol, el espacio se ha transformado en un lugar para la práctica de más disciplina
(Foto: Archivo El Gráfico)
Desde la fundación de la colonia Lagunilla de Cuernavaca, hace 43 años, en la parte sur oeste de la ciudad de Cuernavaca, esta zona, a mil 491 metros de altitud, se distinguió por la abundancia de sus áreas naturales, la fertilidad de sus tierras y las grandes praderas, las cuales se fueron poblando al cabo del tiempo formando la segunda gran parte de la ciudad capital en el Estado de Morelos.
POR NECESIDAD
Surgida por la necesidad que hicieron patente los habitantes de la zona, se decidió habilitar unas de las hectáreas sobre la avenida principal, para el uso de actividades deportivas, dando forma a la habilitación de tres campos deportivos de futbol.
Al tratarse, como en la mayor parte de las colonias en Morelos, el deporte de mayor aceptación y preferencia, era necesaria la adecuación de esos espacios para ofrecer alternativas para el desarrollo de esta disciplina deportiva en las canchas locales. “Junto a las primeras edificaciones como el mercado municipal, los campos de futbol quedaron trazados sin medidas oficiales, generando unos campos de más de 120 metros de largo y 70 de ancho”, recuerda don Agustín Melgar, fundador de la colonia y de la liga de futbol en las primeras generaciones.
POR NECESIDAD
El atraso social y económico obligó a los habitantes a darle mayor fortaleza a este proyecto. “Por las condiciones de pobreza, pocos niños o jugadores, teníamos la oportunidad de tener zapatos para jugar, uniformes, no tenías nada, sólo ganas de jugar y de divertirnos”, agrega el también fundador del primer equipo de futbol denominado Deportivo Lagunilla, que se convirtió en una tradición en toda la zona.
EN CRECIMIENTO
Una vez que los accesos de camino, permitieron concluir las carreteras principales, todo comenzó a mejorar para los deportistas.
“Y las opciones crecieron, teníamos nuestros equipos representativos y podíamos recibir la visita de equipos de otras colonias, en la entonces Liga Municipal de Cuernavaca de don Federico García, el llano alcanzó su máximo esplendor deportivo”.
