Atleta pierde la pierna tras recibir un balazo y ahora sueña con ir a Tokio

Lo recuerda como si hubiera sido ayer. Regresaba a su casa, después de cumplir su turno en la Central de Abastos, en la que era cargador. Se bajó del transporte público. Caminó dos cuadras rumbo a su domicilio en San Miguel Teotongo, uno de los barrios más pobres de Iztapalapa.

Se le emparejó un automóvil, del que bajaron dos sujetos. Eran las 11 de la noche del 21 de julio del 2016.“Me asaltaron. Me quitaron mi celular, y uno de ellos me empezó a golpear”, cuenta Gustavo Estrada, atleta de deporte adaptado.

“Me defendí. Tire golpes, patadas, pero él me dio de cachazos en la cabeza y finalmente un balazo en la rodilla”. Permaneció 40 minutos tirado en el asfalto. Pocos momentos después su familia lo encontró. Lo llevaron a un hospital cercano. Ahí, el diagnóstico que le dieron era demoledor: tenían que amputarle la pierna izquierda, porque tenía coágulos, producidos por la bala incrustada en su pierna, que podrían complicar que siguiera con vida. 

Acepté. Toda la operación estuve despierto. Lloré muy poco, porque sabía que no tardaba en llegar mi mamá y me tenía que ver fuerte. Cuando la vi, la recibí con una sonrisa. Le dije que lo importante es que estaba con ella. Luego le conté que, ahora sí, ya no había forma de que me levantara con el pie izquierdo”, bromea Estrada.

Tomó consultas en el Instituto Nacional de Rehabilitación. Ahí consiguió una prótesis. También lo canalizaron con la Ottobock, una empresa que hace prótesis deportivas. Acudió, le vieron condiciones para ser atleta de alto rendimiento. Al poco tiempo, también se inscribió en el Comité Paralímpico Mexicano. Ahora sueña con ir a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.“

“Además de mis entrenamientos, trabajo en una tienda de abarrotes. A veces estoy en la posición de que entreno o como”, Gustavo Estrada / Atleta