BEISBOL MEXICANO

Academia Harp, semillero de ilusiones para llegar a la Gran Carpa

Roberto Osuna, Giovanny Gallegos y Víctor Arano regresaron a la Academia de los Diablos Rojos, donde nació la aventura que los llevó a las Grandes Ligas

(Foto: Archivo El Gráfico)

Deportes 29/11/2018 13:02 Gabriel Cruz Actualizada 13:07
 

Hace 10 años que en San Bartolo Coyotepec, Oaxaca, arrancó una aventura que se alimenta día a día con los sueños de cientos de jóvenes peloteros que buscan llegar a ser profesionales en México, para después saltar al mejor beisbol del mundo en Estados Unidos.

Un proyecto que tiene en los lanzadores Julio Urías, Roberto Osuna, Giovanny Gallegos y Víctor Arano, a cuatro joyas del montículo que abanicaron a sus primeros rivales en los campos oaxaqueños, y, ahora brillan en distintos nieveles en novenas de las Ligas Mayores.

“Debí hacerla desde que llegué al beisbol, en 1994. Visitamos instalaciones de otros países y tomamos las mejores ideas para implementarlas cuando nos autorizaron utilizar el terreno. No queremos competir con nadie, todas las academias son buenas. El deseo es que muchos mexicanos puedan llegar a Grandes Ligas”, destacó Alfredo Harp, dueño de los Diablos Rojos y Guerreros de Oaxaca en la Liga Mexicana de Beisbol, y quien le dio vida a la academia de pelota.

A su lado, tres muchachos que lo veían de lejos cuando empezaban a formarse lo escuchaban igual de atentos que en aquella época. Roberto Osuna, el primer egresado que llegó a la Gran Carpa compartió la importancia de la academia en la consolidación de su carrera ligamayorista, con los Azulejos de Toronto y Astros de Houston. “Cuando llegué a Estados Unidos tenía mucho más conocimiento de la forma de comportarme y hacer buen uso de las instalaciones. Aquí también aprendí el respeto que debo tener hacia mis coaches. La convivencia con estrellas de otra época fue muy bonita en todos sentidos”.

Recuerda en especial al “Diablo” Montoya, figura legendaria de la novena capitalina, “me consideraba su amigo cercano, todas la tardes iba a platicar con él, me marcaron sus experiencias, de cómo salió adelante sin nada de los recursos que nosotros teníamos, fue una gran motivación para mi”.

Aunque estuvo poco tiempo en la academia, Giovanny Gallegos, lanzador sonorense de los Cardenales y que debutó con los Yanquis de Nueva York, recuerda muy bien el día que llegó a ese lugar. “Cuando pasé por la puerta me vino a la mente el día que entré la primera vez. Estaba convencido de que aquí iba a hacer realidad mi sueño. Por eso quiero aprovechar para decirle a los niños que persigan lo que más desean. Yo vengo desde abajo y es necesario que sepan que no se necesita ser de estrato social alto para llegar a donde se lo propongan”.

El derecho Víctor Arano es el más novato de los tres, pero el serpentinero de los Filis ya presume 60 ponchados en su corta carrera con la novena de Filadelfia. “Aquí aprendí mucho y todo me sirvió. Siempre me ha gustado prepararme muy bien. Aprendí que se debe entrenar mucho más fuerte de lo que te piden. Esa es la clave para sorprender a los encargados de pasar los reportes al equipo grande. Me enseñaron a valorar cada consejo de los instructores”.

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