Gotti intentó robarle protagonismo al retarlo y bajar la guardia, a lo que Floyd respondió con golpes directos al rostro, situación que fue penalizada porque al referí vio un golpe en la nuca.
Mayweather explotó en el segundo asalto y pidió un cambio de autoridad, su capricho se concedió en cuestión de segundos, entró un nuevo referí con el que Floyd se sintió más cómodo.
Los 10 kilogramos de diferencia que tenía de ventaja Gotti III no se notaron; le pasaron factura y fue el primero que se cansó.
Pese a sus 47 años, Mayweather mostró resistencia y siguió golpeando a su rival, para después correr y mantenerse a la distancia.
El público pasó de la emoción a decepcionarse y abuchear a los pugilistas, pero al final Money se llevó pocos aplausos, porque el poder que se esperaba no apareció.