Lola González presume pasión imbatible

Nada pueden contarle a Lola González de la lucha libre mexicana, prácticamente lo ha visto todo en el ring.

De la lucha nunca se ha ido, la mira de reojo, y de vez en cuando le da una oportunidad para regalarle un poco más de su talento, es parte de la lucha libre femenil y de esa cultura, sin bajar la guardia para ofrecer lo mejor al público que la sigue.

Este 4 de marzo, el gimnasio Hércules la recibirá por primera vez, junto a un elenco de mujeres lleno de sueños que defiende la bandera de Estrellas Femeniles HUMO, al lado de estetas como Marcela y Tiffany, “todas con gran personalidad. Muchas jóvenes bellas y entregadas como Vaquerita, la hija de Mano Negra, no las conozco a todas pero sé que están labrando bien su carrera”.

Lola sabe que muchas quieren hacer equipo con ella y es una idea que le agrada.

Actualmente, antes de aceptar una lucha, se fija en el proyecto, si es en un beneficio común le entusiasma y acepta, “pero si es con gente que he compartido mi carrera me motiva encontrarme de nuevo con ellas en el vestidor. Estas son buenas luchas y me interesan, sigo siendo una apasionada de los que no pierden la fe de trabajar y entrenar para conseguirlo. Sé que el éxito nos llega a todos en su tiempo y momento”.

CON ORGULLO. Ser parte de una función donde las mujeres mandan la enorgullece, batalló mucho para conseguir algo así. “Es una evolución porque los hombres no son muy entusiastas de hacer partícipe a las mujeres de su campo laboral, admiro la valentía de las personas que lo intentan. Por eso estoy con HUMO, no me importa el lugar o la plaza, sino el contenido que vamos a ofrecer. Sé que vamos a llenar y la afición nos va a respaldar”.

A La Dinamita González le gusta compartir entrenamientos con las chicas, pero lamenta que muchas veces ellas no puedan ni siquiera pagar los entrenamientos.

“Ha sido un negocio muy rentable para muchas empresas y no hay espacios para que los nuevos valores tengan una oportunidad. Muchas arenas ofrecen lucha libre pero pocas la oportunidad de capacitarse”, lamenta.

Se trata de una lucha interminable por un sitio digno, alejada de la apariencia física, hecha por mujeres capacitadas que están buscando el sustento de su familia, gloria y dignidad.

“Todas tenemos derecho a probar, pero si te vienes a prostituir, a ofrecer y conquistar romances, éste no es el lugar. A muchas nos ha costado sangre y lágrimas, merecemos respeto, si quieres hacer algo que perdure, no hay atajos, te tienes que preparar y al final te va a dar mucha satisfacción conseguir un lugar”, remata.

“Desde los 14 años estoy aquí y a mis 57 no estoy dispuesta a arriesgarme tanto. Quiero aportar a una nueva generación, pero esto no es fácil, tienen que ganarlo”.