Coleccionista de batazos: Arturo tiene un repertorio increíble de béisbol

Arturo nació con el beisbol en la genética. Su padre y abuelo le heredaron ese gusto en sus aventuras por el estadio “Héctor Espino”, antigua casa de sus Naranjeros de Hermosillo.

Sufrió y gozó a los nueve años de la rivalidad por la corona de jonrones entre Mark McGwire y Sammy Sosa en las Grandes Ligas, al mismo tiempo que se volvía fanático de Pedro Martínez, quien lo conquistó para volverse aficionado de los Medias Rojas de Boston.

Pero sus raíces le entregaron a su verdadero ídolo: “Vinicio Castilla. Durante la misma temporada que inicié a ver beisbol, el Vinny tuvo su mejor año en la Gran Carpa, con 46 cuadrangulares y 144 producidas, jugó todos los partidos y fue al Juego de Estrellas”.

De chavito recogía las fichas de los envases de vidrio en el estadio, ahí empezó de cierta forma a coleccionar, aunque sus primeros recuerdos son buscando autógrafos. “El beisbol es normal en mi tierra, son pocos los días al año en los cuales no hay alguna Liga que siga. Crecí teniendo beisbol de octubre a enero, y, en la primera temporada que vi nacieron los Diamantes. Siento que al beisbol hasta puedo agradecerle el hablar inglés”.

TARJETERO. Fue primera base en las ligas menores, pero acepta que no tan bueno como lo es de aficionado, lo suyo siempre fueron las estadísticas, la historia y lo coleccionable. “Mis primeras tarjetas llegaron en 1999, eran del set Topps. Paquetitos sueltos adquiridos en tiendas, todavía nada especializado. Siempre he disfrutado el abrir “paquetitos” por las posibilidades que existen en cada uno. Nunca sabes qué tesoro te puedes encontrar”.

Tenía 10 años y la travesía ya no tenía camino de regreso. Separaba sus tarjetas por equipos e iban a carpetas. “Todavía no me preocupaba el set ni el año. Fue prácticamente de forma automática que empecé a separar a los jugadores mexicanos del resto y eran las tarjetas que más me más gusto me daba obtener, aunque el valor monetario no fuera relevante”.

La primera meta era el tener al menos una tarjeta de cada jugador nacido en México que hubiera llegado a las Grandes Ligas, hasta hoy, busca cualquier tarjeta de ellos. “En México no es sencillo, simplemente no existe una cultura del coleccionismo como la que hay en Estados Unidos. Somos pocos los aficionados a este deporte, en comparación del futbol y aún menos los que nos podemos llamar coleccionistas”.

Así que el auge del Internet y posteriormente las redes sociales le abrieron el camino al éxito como coleccionista, “empezamos 3 o 4 en Hermosillo, ahora somos muchos más, es un bue n grupo que fomenta el intercambio y el apoyarnos a conseguir tarjetas”.

LA EXPLOSIÓN. Todo creció y de los tiempos de no tener un objetivo definido, llegó a superar las 20 mil tarjetas entre sets de Topps, Upper Deck, Donruss y Fleer. Actualmente no sabe el número exacto, ya que la mayoría están en cajas. “Mi principal colección son los 126 jugadores mexicanos nacidos en México que han llegado a MLB. De ellos tengo un total 4 mil 113 tarjetas diferentes. Del jugador que más tengo es Jorge Cantú con un total de 493 diferentes, además de otras colecciones individuales que he realizado de Edgar González (121) y Luis Cruz (72).

Alfredo “Patón” Aceves por haber jugado con los Medias Rojas y su paisano Erubiel Durazo también son sus favoritos. “Me siento orgulloso de tener un autógrafo de todos ellos. A la mayoría los pude conocer en persona, en ocasiones hasta haciendo viajes por carretera para conocer a los veteranos como Memo Luna o el Papelero Valenzuela y otras escribirles por correo. Todavía me faltan algunos para la colección de autógrafos en pelotas (113/126), pero en tarjetas u otro artículo ya tiene un par de años completa y se mantiene en constante actualización”.

El reto siguiente es contagiar su pasión y que tanto en Liga Mexicana del Pacifico como de la Liga Mexicana de Beisbol, existan tarjetas hechas en México. “Mi propósito nunca ha sido verlas como una inversión, me gusta el fácil acceso para verlas, a la vez que están bien protegidas. Para tarjetas de grosor normal, las acomodo en hojas de carpeta de 9 espacios las cuales van a una carpeta, ordenadas por fecha de debut. Es decir, desde Melo Almada hasta Christian Villanueva”.

NUMERALIA

493 tarjetas de Jorge Cantú ha conseguido

113 pelotas autografiadas por ligamayoristas mexicanos tiene en su poder

CHÉCALO. Suma 4 mil 113 tarjetas diferentes de los 126 jugadores mexicanos que han estado en las Grandes Ligas, desde Melo Almada hasta Christian Villanueva.

EL DATO. Es aficionado a los Naranjeros de Hermosillo y los Diablos Rojos en México, mientras que en Grandes Ligas prefiere a Boston y Arizona.

(Fotos: Cortesía, Archivo El Gráfico)