Cruz Azul sí avergüenza

Roberto García Castañeda

OPINIÓN 11/09/2019 01:12 Roberto García Castañeda Actualizada 01:12

En Cruz Azul no tienen vergüenza. Quién sabe qué demonios hay atrás del circo que montó Víctor Garcés, con la pasividad de Billy Álvarez, pero algo es seguro: el cuñado incómodo sabe algo o tiene algo que lo hace pavonearse frente a las cámaras como si fuera dueño de media cooperativa.

Debido a su protagonismo, que lo hizo salir de las sombras, aprovechando que Billy Álvarez andaba de vacaciones, logró dos cosas que le pegarán fuerte a La Máquina.

Uno, que Ricardo Peláez se encarbonara con toda razón y decidiera hacerse a un lado.

Dos, que la afición se uniera. Pero en su contra. Hace mucho que los seguidores celestes no se manifestaban tan indignados. Y Garcés logró que se unieran, pero en su contra. En redes sociales el odio hacia tan siniestro personaje se viralizó.

Lo peor del asunto es que muchos fanáticos renunciaron a la playera y promovieron un boicot para no ir al estadio. Más allá de que tengan razón o sólo haya sido la calentura del momento,  la imagen del club cementero resultó muy afectada. Porque este Cruz Azul avergüenza. Y no por el futbol, sino por el cinismo de sus directivos.

En cambio, la figura de Peláez se agigantó. Y no en plan de víctima, nadie lo vio así, sino como un tipo coherente consigo mismo. Renunciar fue un acto de dignidad.

Hoy Billy Álvarez dice que hablará con Peláez, pero muchos dudamos que Ricardo regrese como director deportivo. Si lo hace, bien. Cruz Azul estará controlando un poco los daños. Si no acepta, mejor. Y es que la cruzazuleada ya está hecha, cortesía del maquiavélico Víctor Garcés, que algunos favores sigue cobrándole a Billy Álvarez.

 

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