Edomex, a un paso de hacer historia

Martí Batres

OPINIÓN 30/05/2017 10:40 Martí Batres Actualizada 10:40

Faltan sólo unos días para la elección de gobernador en el Estado de México. Las encuestas coinciden en señalar que la fecha será histórica pues quien se llevará el triunfo es la candidata Delfina Gómez, de Morena. El hecho no tiene precedentes. Nunca antes en la historia, el PRI había enfrentado la posibilidad real de perder el poder en esa entidad.

La ventaja de Delfina dice muchas cosas. En primer lugar, habla de la desaprobación generalizada de la presidencia de Enrique Peña Nieto, mexiquense y miembro del Grupo Atlacomulco que, a veces desde la gubernatura y a veces de facto, ha ejercido el poder en ese estado desde 1942.

La ventaja de Delfina también deja de manifiesto el hartazgo de los mexiquenses por ese grupo político que ahora quiere llevar por tercera vez al poder a un Alfredo del Mazo, como si el Estado de México no se rigiera por la democracia, sino por una monarquía que hereda el poder a los miembros de una familia que se ha encargado de dilapidar recursos y mantener en la pobreza a la mayoría de la gente.

Las cifras son duras respecto al fracaso de los gobiernos priístas. El Estado de México es la entidad más poblada del país y aporta el 9% del Producto Interno Bruto. Sin embargo, su expansión económica apenas rebasa el 2%, cuando la media nacional es del 3%. El ingreso anual promedio de los mexiquenses es de menos de 73 mil pesos, lo que lo coloca en la posición número siete de las entidades con menor ingreso per cápita. Es decir, el Edomex, a pesar de tener una economía grande es al mismo tiempo uno de los estados más pobres del país.

Esto se debe a que el Estado de México enfrenta un paro en la actividad industrial y comercial, hay poco empleo y el que hay, no alcanza para cubrir las necesidades básicas de la población, ya que más del 36% de los mexiquenses que tiene un empleo no puede comprar con su salario una canasta básica.

No obstante, el PRI ha encontrado en la debilidad de las familias mexiquenses su mayor fortaleza, pues la miseria en la que se vive en esa entidad hace que la compra del voto sea más fácil. De tal forma que en esta contienda electoral lo que sobran son tarjetas mediante las cuales se entrega dinero a cambio del voto. Se trata de dar unas migajas a la gente para asegurar seis años más de pobreza.

Para enfrentar esta situación la receta es fácil: recibir todo lo que le den, pero votar libremente, no hay forma en que alguien le impida a la gente sufragar por quien quiera, ni hay manera en que se le impida a la gente votar.

A últimas fechas se ha intentado desanimar a la ciudadanía diciendo que todos son iguales, que no hay alternativa, que no tiene caso ir a las urnas. Esto es mentira. Delfina Gómez, la candidata de Morena, es distinta. A pesar de enfrentar una campaña de infamias en su contra, la maestra ha salido adelante. Incluso, las autoridades electorales han sancionado al PAN por difundir mentiras en su contra.

Es precisamente la sencillez de Delfina, su fortaleza y su honestidad lo que ha hecho que salga ilesa de la calumnia y no sólo eso, que pueda sumar voluntades de gente que antes votaba por otros partidos, pero también de dirigentes políticos y de otros candidatos como Óscar González Yáñez, candidato a gobernador del Estado de México por el PT, quien declinó a favor de la candidata de Morena. Lo mismo ha ocurrido con diversos dirigentes del PRD mexiquense y con personalidades de la talla del padre Solalinde que se han unido en torno a esta candidatura.

Todo está listo para que los mexiquenses hagan historia. Basta que salgan a votar, que no voten por quien les dé, sino por quien más los convenza. No es sólo cambiar el signo político de quien gobierne, es iniciar una nueva etapa donde haya democracia y bienestar en esta entidad caracterizada hasta hoy por la violencia, los feminicidios, la pobreza y la desigualdad. Hay que votar y hacerlo libremente.

 

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