Gabino en su laberinto

OPINIÓN 30/04/2014 05:00 Actualizada 05:00

Aquella alianza política en Oaxaca que mezcló el agua y el aceite en 2010, sirvió para que Gabino Cué ganara la gubernatura y arrebatara el poder a un PRI que parecía inamovible y alcanzaba niveles tiránicos, sanguinarios y corruptos con Ulises Ruiz. El PRD o, mejor dicho en este caso, Andrés Manuel López Obrador, aportó contacto con la gente y respaldo popular gracias al recorrido que el entonces candidato presidencial hizo con Cué a todos los municipios del estado, incluidos los de usos y costumbres.

Mientras AMLO lo placeó y le aportó miles y miles de votos, a los que se sumaron los de la agraviada APPO y la siempre contestataria sección 22 del SNTE, exacerbados ambos por la represión a la revuelta social de 2005 y 2006; el PAN sólo aportó el membrete y con él al convertido ex gobernador del PRI, Diódoro Carrasco, mentor de Gabino y ultraenemigo de Ulises Ruiz, quien movió eficientemente piezas e intereses para cerrar la pinza electoral al tricolor.

Pero sólo para eso funcionó aquella alianza. No ha servido para hacer un buen gobierno. Carrasco y el grupo de poder que representa siguen apuntalando a Cué, pero ambos se alejaron de los intereses auténticamente populares y no han podido reencauzar su relación con los grupos más radicales, como el de los maestros, que hoy tienen como rehén al gobernador oaxaqueño.

No hay aquí un problema de congruencia ideológica: Cué, a no dudarlo, debe parte de la gubernatura a los maestros disidentes pero ha sido omiso e ineficiente en la atención y solución de sus viejos problemas. Como que los ayuda y como que no. Les manda señales contradictorias. Una fue, pecado original, designar como su primera secretaria general de Gobierno a Irma Piñeyro, quien fuera su contrincante política como candidata del Partido Nueva Alianza y con inocultables vínculos con la entonces aún todopoderosa líder del SNTE, Elba Esther Gordillo. El resultado fue que en la víspera de que tomara posesión, la sección 22 desconociera como interlocutor válido a la encargada de las negociaciones políticas.

Por si algo faltara, la protesta a que dio lugar ese nombramiento el mero día de la toma de posesión, fue repelida por fuerzas del orden, lo que dio lugar a que los maestros tampoco reconocieran como interlocutor válido al director del Instituto Estatal de Educación Pública (IEEPO), Bernardo Vázquez Colmenares, quien al cabo de los meses y sin margen alguno de negociación y maniobra tuvo que renunciar.

Lo sustituyó Antonio Iturribaría Bolaños Cacho, quien en la etapa más intensa de las negociaciones legislativas de la reforma educativa y de la protesta magisterial fue rehén de los maestros, igual que su jefe Cué. Mangoneo este que ha impedido que ponga en línea la legislación local con la de la reforma educativa. Y eso, mediante una controversia constitucional aceptada por los ministros de La Corte, ya lo tiene en confrontación con el presidente Peña Nieto.

Con la intención de reflotar el barco, el gobernador de Oaxaca nombró hace unos días a Gilberto Eulogio Sánchez Ortiz como nuevo director del IEEPO, puesto del que lo destituyó 22 horas después porque se supo que sus redes sociales estaban plagadas de fotografías de mujeres con poco ropa y una buena cantidad de ácidas críticas al magisterio y al gobierno.

Por eso le digo que Gabino no atina a salir de su laberinto.

Instantánea

1. ENFRENTAMIENTO. Escala la inseguridad y la violencia en Tamaulipas. Tocó ayer a Reynosa: tiroteos entre delincuentes y federales dejaron un saldo de 14 muertos. Dos de ellos agentes federales y dos más, civiles inocentes que estaban en el lugar y en el momento inadecuados. Eso que llaman con todo cinismo daños colaterales.

2. ANDANADA. La inseguridad desestabiliza también a Eruviel Ávila en el estado de México, a grado tal de que resurgió el rumor de que no dura más de 15 días en el palacio de gobierno de Toluca.

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