En defensa de la ‘Mataperros’

OPINIÓN 29/10/2015 05:00 Actualizada 05:00

La historia del México independiente inicia con un grito del cura Miguel Hidalgo y Costilla, que en realidad es un llamado al linchamiento, "...Vamos a matar gachupines". Como lo documentó el historiador y cronista Carlos María Bustamante en el siglo XIX. Evidentemente, el día de hoy matar está tipificado como un delito grave y la expresión "gachupines" resulta políticamente incorrecta. Quizá por ello la frase ha sido excluída de la ceremonia oficial del Grito de la Independencia de México.

Pero no podemos negar que los linchamientos son una parte macabra de nuestra historia, como nos lo recuerda el lamentable caso de los encuestadores linchados por una turba que los confundió con secuestradores en Ajalpan "tierra de nadie", Puebla. Hay un dato importante que señaló Elisa Godínez en un artículo publicado en el diario Horizontal.Mx (liga para leer en la web: goo.gl/6QhaXz); no existen datos oficiales respecto al número de linchamientos, intentos o consumados, en nuestro país. Porque, agrega la especialista; "el linchamiento no se considera como un delito en sí". Ante la ausencia de la autoridad del Estado se impone la ‘ley del monte'. Ayer mismo en Cárdenas, Tabasco, tres sujetos que intentaron robarle una motocicleta a un campesino fueron golpeados de manera salvaje por autodefensas y luego entregados a la policía.

La capital del país no ha escapado a la cultura del linchamiento y en el caso de las investigaciones de los perros envenados de los parques México y España, parece que hay ya hay veredicto en el juicio popular; fue ‘La Mataperros'. Una adulta mayor que además estudió química. Listo, caso cerrado. Pero los perros siguen muriendo envenenados.

El Gráfico publica hoy una entrevista con la mujer señalada, luego de que la PGJDF cateó su domicilio donde encontró veneno para ratas, tremenda evidencia, y dos misteriosas memorias USB que, presumen fuentes confiables, podrían contener el diario de sus fechorías.

De dicha entrevista vale rescatar las siguientes claves: La presunta ‘Mataperros' fue señalada por la dueña de un doberman. El perro olfateaba muy cerca de la presunta, quien comía una quesadilla en la calle, cerca del parque México. La presunta solicitó a la dueña del perro que alejara a su mascota. Después de recibir como respuesta el clásico: "No hace nada". La presunta, molesta, le hizo algún comentario alusivo al tema de moda en la Condesa: los perros envenenados. Eso bastó para que la dueña del perro lo tomara no sólo como una amenaza, sino como una confesión y llamara a la policía. Esa es la gran línea de investigación de la PGJDF; una denuncia derivada de un conflicto de convivencia en la vía pública donde la histeria es la única prueba, tan común en los casos de linchamiento como Ajalpan y Canoa, Puebla.

La presunta ‘Mataperros' es vecina de la colonia San Miguel Chapultepec, ¿por qué no se han reportado casos de envenanientos en dicho barrio que también es perruno? Y más importante, la presunta dio una entrevista mostrando su rostro, con el riesgo de venganza o linchamiento que conlleva y negó las acusaciones.

La PGJDF utiliza el mismo modus operandi del caso Narvarte; filtrar una teoría al diario ‘La Razón' o al que se preste para buscar dar el ‘carpetazo'. El procurador Ríos Garza dijo entonces que sancionaría a quien filtró información que señalaba de manera falsa que las víctimas habían estado de fiesta, para justificar así la causa del multihomicidio. Al parecer, el peligroso filtrador sigue operando impune.

En el caso de la muerte de perros en la Condesa no todos se han tragado la teoría envenenada, una croqueta sabor ‘carpetazo', que nos demuestra que la PGJDF no investiga con la seriedad necesaria al estar tan ocupados con el acecho del crimen organizado en la capital, que oficialmente no opera aquí.

Bitácora de lo absurdo. Si a la PGJDF no le creímos los ‘cuentos de hadas' del caso Narvarte, pero sí la historia de que una mujer de 63 años es la peligrosa envenadora sin más pruebas que una denuncia sin pruebas; fracasamos como chilangos.

@LeoAgusto

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