Publicidad contra la salud

OPINIÓN 29/07/2014 05:00 Actualizada 05:00

Hay una lucha muy desigual, por un lado, entre las instituciones de salud, las escuelas y los padres, y por el otro, las empresas de alimentos y bebidas chatarra.

Mientras que las campañas de comunicación social del gobierno tienen topes que incluyen a las de la salud, las empresas gastan millones y millones de dólares en publicidad a través de medios masivos, redes sociales, videojuegos, series, películas, patrocinios en deportes, conciertos, ferias y eventos de todo tipo, el objetivo es estar presente en todo momento. Es tan fuerte su influencia que han construido un prestigio y un afecto irracional, sí irracional porque como en los malos amores, te engañan, se aprovechan de ti y te hacen daño.

La fórmula es sencilla: colores llamativos, mensajes llenos de optimismo, promesas de diversión, unión, felicidad, bienestar y la ilusión de abrir con unos cuantos pesos el deleite que nos niegan en otro lado. Así es como han creado una realidad de mentiras, que avalan, porque también se venden, figuras deportivas y del entretenimiento, que cada día nos recomiendan comer y beber cantidades potencialmente criminales de azúcar, sal y grasas nocivas.

Organismos tan importantes como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han llamado a todos los países para que adopten medidas urgentes que faciliten la disponibilidad de alimentos sanos y también que regulen el mercado de las bebidas azucaradas, hamburguesas, pizzas, papas fritas, pastelillos y otras golosinas.

México tiene el lugar número uno por consumo de refrescos y el décimo por consumo de comida empacada, lo que también nos ha llevado a los índices más altos de sobrepeso y obesidad en el mundo y a una creciente incidencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y cáncer.

Recientemente se han dado pasos importantes como son el impuesto al refresco y la comida chatarra o la regulación de la publicidad en el horario infantil para televisión, radio y cine. Pero hace falta mucho aún, por ejemplo continuar con los trabajos legislativos para obligar a restaurantes y establecimientos de comida rápida informar el contenido de sus alimentos y bebidas. Tampoco hay que olvidar que aún estamos rezagados en el etiquetado de alimentos ya que los criterios anunciados recientemente no se ajustan a las recomendaciones de la OMS, además es lógico que si uno de los problemas principales de la dieta es el exceso de azúcar o de grasas dañinas, debería informarse el contenido de azúcares adicionados y de grasas trans.

Para reflexionar y evitar la influencia de las marcas:

· Te dicen que la alimentación es decisión tuya, si te pasas es tu culpa, pero te ofrecen tamaños y paquetes extra grandes para que comas más.

· Saben que la mayoría tiene problemas para resistirse a la gratificación inmediata de un alimento, sobre todo porque los efectos perjudiciales se verán a largo plazo.

· Aprovechan la falta de información nutricional de menús y la falta de claridad en las etiquetas.

· Te dicen que en homenaje a ti, ponen tu nombre en la botella, pero por la salud de los tuyos y tus amigos, no les ofrezcas refrescos, un amigo te cuida. No sigas el juego.

En redes sociales, cada vez más usuarios se oponen a las prácticas de publicidad que van contra la salud. Únete, atrévete a ser diferente, vale la pena luchar contra la corriente.

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