Cinco razones para evitar las grasas trans

OPINIÓN 29/04/2014 05:00 Actualizada 05:00

Los ácidos grasos trans artificiales son aceites líquidos vegetales que a través de un proceso de hidrogenación se vuelven sólidos. Se venden como manteca comestible, grasa comestible, grasa vegetal o margarina y son usadas por la industria para la elaboración de pasteles, panes, galletas, helados, cremas, algunos postres, sustitutos de leche condensada y hasta quesos. ¡Y alerta!, también los puedes encontrar en productos de línea económica en algunas tiendas de autoservicio.
Las grasas trans son usadas por la industria porque aumentan el tiempo de conservación y maleabilidad de los alimentos, sin embargo a partir de que se sabe que son el macronutriente más dañino para la salud, algunos países comenzaron a reglamentar su uso, forzando a las marcas a cambiar la fórmula de su productos para beneficio de la población.

Cinco razones:

1. Daña el corazón. En todas las personas, incluyendo las que tienen un peso adecuado y hacen ejercicio, consumir manteca comestible eleva el colesterol malo, baja el colesterol bueno y aumenta los triglicéridos. Estos cambios en el organismo favorecen las enfermedades del corazón. En América Latina, una reducción de 4.5 gramos en el consumo de grasas trans evitaría entre 30 mil y 130 mil casos de cardiopatía coronaria.

2. Aumenta el riesgo de diabetes mellitus tipo 2. Todo apunta a que también es un factor que aumenta el desarrollo de diabetes y muerte súbita.

3. Se puede sustituir. La manteca comestible o vegetal no tiene ningún beneficio para la salud y sólo daña el organismo, cámbiala por aceites de canola, girasol, soya, cártamo o maíz, que cuando se usan de forma moderada son buenos para la salud. Es preferible también emplear mantecas animales como la de cerdo o mantequilla.

4. No hay regulación en México. La Organización Mundial de la Salud recomienda a los países implementar políticas para eliminar el suministro de alimentos con ácidos grasos trans artificiales; la regulación tiene beneficios en salud y económicos, por ejemplo, por cada dólar gastado en rotulación de etiquetas se ahorran 100 dólares de gastos de salud en un periodo de 20 años. Además, un marco normativo tiene la ventaja de nivelar "el campo de juego" para toda la industria y asegurar que toda la población se beneficie y no solamente aquellos que tienen mejor nivel económico y pueden comprar comida de mejor calidad.

5. México tiene uno de los consumos más altos. Hace dos semanas se publicó un artículo en el que se analizó la ingesta de grasas en 266 países; el estudio señala que México se ubica en el cuarto lugar mundial después de Egipto, Pakistán y Canadá, con un consumo de grasas trans equivalente a 3.6% de la energía total, es decir 2.6% más del límite recomendado que equivale a un total de 8 gramos diarios. Necesitamos actuar ya.

Ojalá la Secretaría de Salud y específicamente la Cofepris siga el ejemplo de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para declarar a las grasas trans como no seguras y prohibir en todo el país su uso en la elaboración de alimentos.

La falta de regulación afecta más a la población con menos recursos porque sin la educación nutricional que lo alerte sobre los peligros de consumir manteca vegetal y su necesidad de adquirir productos de más bajo costo, comerá y llevará a su despensa alimentos ricos en grasas trans, que en el futuro afectarán su salud perpetuando el ciclo de pobreza, discapacidad y muerte prematura.

Protege tu corazón.

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