Ni a los talones

OPINIÓN 28/03/2014 05:00 Actualizada 05:00

Los programas sociales de Enrique Peña Nieto no le llegan ni a los talones a los aplicados por Andrés Manuel López Obrador en su gestión como jefe de gobierno del DF. Mientras Peña simula y juega a administrar la miseria, Andrés Manuel desplegó un esfuerzo histórico que se tradujo en beneficios palpables como la pensión universal ciudadana, la entrega gratuita de útiles escolares y la entrega de vivienda nunca antes vista en la capital del país, por mencionar sólo algunas acciones.

Cuando López Obrador implementó los primeros pasos para llevar a cabo estos nuevos programas sociales, el PRI y el PAN se escandalizaron. Dijeron que las finanzas de la ciudad no aguantaría la carga económica que representaría la puesta en marcha de este plan. Les parecía increíble que un gobernante pusiera en el centro del debate político la atención a la pobreza y, peor aún, que se ocupara realmente del problema.

Finalmente, Andrés Manuel logró echar a andar programas como la pensión a adultos mayores sin que esto se tradujera en endeudamiento para la ciudad ni en incremento de impuestos, ya que su financiamiento partió de la instauración de una política de austeridad inédita: los salarios de los altos funcionarios bajaron, desaparecieron gastos superfluos y se controló como nunca el uso de los recursos materiales de la administración capitalina.

Más aún, acciones como la entrega gratuita de útiles y la pensión a adultos mayores se convirtieron en nuevos derechos para que llegaran a todas las personas y evitar que los vaivenes políticos pusieran en riesgo estas nuevas conquistas.

En cambio, Peña Nieto aumentó los impuestos con el pretexto de echar a andar programas como el seguro de desempleo y ahora pretende que este seguro se financie con el dinero de los propios trabajadores, con el 60% de sus aportaciones al fondo de vivienda del Infonavit.

Así no hay ningún beneficio, al contrario. Cancelan la posibilidad de que los empleados accedan a un crédito del Infonavit para comprar un departamento de interés social a cambio de un seguro mediante el cual recibirán una ayuda económica durante seis meses, y los afiliados al Seguro Social sólo podrán acceder a este beneficio una vez cada cinco años.

El impacto positivo del seguro de desempleo como lo plantea el gobierno será ínfimo y el costo resultará gigantesco. No es un derecho nuevo que se agrega a los ya existentes. Es la destrucción de un derecho para crear un programa.

López Obrador demostró hace más de una década que se pueden generar nuevos derechos sociales sin destruir los ya existentes y sin aumentar impuestos. Por eso decimos que las políticas sociales del actual gobierno federal no le llegan ni a los talones a las que aplicó AMLO en esta ciudad.

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