Con tu puño en alto, México

LEO AGUSTO

OPINIÓN 25/09/2017 11:56 LEO AGUSTO Actualizada 11:56

El puño en alto, poema escrito por Juan Villoro, tiene el aire de esa ‘Suave Patria’ que México necesita ahora para tomar un respiro luego de esta apocalíptica racha que comenzó la noche del 7 de septiembre con el sismo de magnitud 8.1 en Chiapas y que, luego de huracanes y tormentas tropicales, propinó letal coletazo en la Ciudad de México, Puebla y Morelos la tarde del 19 de septiembre.

Quizá en otro momento el poema de Villoro, que sucumbió a las redes sociales, hubiera parecido tan cursi como el conocido poema de ‘El Mofles’ y que en principio le atribuyeron a Gabriel García Márquez

Sin embargo, ‘El puño en alto’ es la música que necesitan héroes de películas épicas antes de enfrentarse al Armagedón entre los escombros, como el actor José María Yazpik que, de chico Almódovar, ahora lo hemos visto jugándose la vida en las labores de rescate en Álvaro Obregón 286, donde hasta la tarde de ayer se estimaba la existencia de cerca de 40 personas vivas encapsuladas entre las ruinas.

En el frente de batalla por la vida, el puño en alto es la orden de silencio. Entre los escombros alguien ha detectado indicios de vida. Ahora toca al país entero poner el puño en alto para escuchar lo que la tragedia y la solidaridad desbordada nos quieren decir. Porque 32 años después, algunos patrones se repiten: la sociedad civil en su gran mayoría está haciendo algo, mucho o todo por ayudar. Ofrecer desde una torta hasta un camión. Los chilangos de a pie aprendimos la lección de 1985, aprendimos a darnos la mano, aprendimos a ser hormigas dispuestas a salvar la colonia.

Pero el gobierno no aprendió su lección. Después de unos años de una normatividad estricta en el Reglamento de Construcciones volvieron a aparecer las mismas prácticas de aquel DDF corrupto de 1985. Por eso, en el Instituto de la Vivienda tiemblan; la izquierda que capitalizó la tragedia del 85 tiembla; por ello, la urgencia de entrar ya con la maquinaria pesada, principalmente en las construcciones del llamado ‘boom inmobiliario’. 

Razón válida de poner el puño en alto, para que el gobierno y las inmobiliarias respondan a los peritajes después de la emergencia. Y en eso de la documentación de daños, la sociedad civil también ha tomado las riendas.

Al igual que en 1985, pasan los días y no se ha visto al presidente Peña ni a Miguel Ángel Mancera recorriendo la zona de desastre, escuchando a las víctimas. Ayer, el director de Protección Civil de la Segob, Luis Felipe Puente, se apersonó en el 286 de Álvaro Obregón y ocasionó tensiones con los rescatistas que llevan cinco días metidos entre los escombros y con todos los voluntarios que coordinan médicos y que atienden los centros de acopio. Y las tensiones llevaron al paro momentáneo de las labores de rescate. 

Es la hora de mantener el puño en alto, escuchar a la corrupción gritando y bajarlo en las urnas para que el voto en 2018 determine el rumbo de la ciudad y del país que exigirá, en tiempo real, la generación que ahora está sacando la casta ante la adversidad: los millennials.

Periscopio. En los tiempos de la información es muy importante revisar la confiabilidad de los mensajes antes de compartir o socializar, principalmente en aplicaciones como Whatsapp. Hace unos días circuló un mensaje de voz que alertaba, citando a la Sedena, de una réplica después de la una de la mañana. Según el Instituto Sismológico Nacional las réplicas no se pueden predecir. 

Bitácora de lo absurdo. Con la manipulación del invento de la niña “Frida Sofía” se confirma a Televisa como el Fox News de ‘patatiux’. No aprendieron nada de Jacobo Zabludovsky y su crónica del sismo de 1985. En situaciones como la actual, los medios electrónicos deben privilegiar su función social. Internet juega ese rol, a pesar de los intentos por descalificar a las redes sociales como difusores de rumores, que existen sí, pero no es lo que predomina. Al contrario, Twitter ha salvado vidas con la creación de redes de apoyo y verificación de datos. 

t@LeoAgustoa

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