Derechos laborales

OPINIÓN 25/06/2014 05:00 Actualizada 05:00

A pesar de que nuestra Constitución Política ha sido ampliamente descuartizada por los gobiernos neoliberales, el artículo 123 aún contiene las disposiciones fundamentales que debemos defender los y las mexicanas, referentes al trabajo y a la seguridad social.

En dicho artículo se especifica que “toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil”, el cual está muy lejos de alcanzarse, pues el trabajo que oferta el mercado laboral actual es de pésima calidad, cuestión que ha sido legalizada mediante la cacareada reforma laboral.

No obstante, a pesar de esta regresión, desde el punto de vista jurídico y económico, la Constitución establece los preceptos para lograr la anhelada distribución de la riqueza.

El mismo artículo 123 establece que para lograrlo se debe promover la creación de empleos dignos y socialmente útiles, así como impulsar la organización social del trabajo.

El artículo 5 señala que “A ninguna persona se le podrá impedir que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos… Nadie puede ser privado del producto de su trabajo, sino por resolución judicial… Nadie podrá ser obligado a prestar trabajos personales sin la justa retribución y sin su pleno conocimiento…”.

Además, el artículo 25 establece que le “Corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que este sea integral y sustentable, que fortalezca la Soberanía de la Nación y su régimen democrático y que mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución”.

Sería bueno que Peña Nieto, además de leer la Biblia, leyera nuestra Carta Magna.

La Ley Federal del Trabajo promovida por su gobierno es regresiva, solamente atiende el fin primordial del sector privado de la economía. Es decir, el lucro, la ganancia a toda costa, pasando por encima de los derechos de los y las trabajadoras, lo que evidentemente es contrario a los artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

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