Una mina de pastes

OPINIÓN 25/04/2014 05:00 Actualizada 05:00

Si lo que recomiendo no está bueno, invíteme a comer
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Es un viaje de sabor que te lleva 200 años atrás, a unos 120 kilómetros del DF, a las minas ubicadas en Real del Monte, Hidalgo, donde los hombres que se sumergían a trabajar en las entrañas de la tierra, acostumbraban comer este alimento que, igual que el futbol, es una herencia de los ingleses. En efecto, son los deliciosos pastes.

Aunque con el paso del tiempo este platillo ha ido cambiando debido a las aportaciones de la cocina mexicana, pero la esencia se mantiene.

Realmente Pastes ofrece el tradicional paste que los mineros consumían por aquella época. Está relleno de carne con papas, además de otros preparados con guisados salados y dulces.

Para su elaboración, la masa se prepara un día antes con harina de trigo, royal, margarina y manteca.

Posteriormente, se corta en forma de círculos, donde se coloca la comida, se dobla en forma de empanada y se sella con una especie de trenza.

Esta parte no era comida por los mineros, pues la usaban como asa, pues no tenían oportunidad de lavarse las manos a la hora de alimentarse.

Una vez que el paste está sellado, se barniza con huevo, se mete al horno y sale calientito para el cliente, explica Alfonso Lechuga Solís, quien lleva siete años al frente del negocio.

En este local hay pastes para todos los gustos, de mole rojo con pollo, mole verde con pollo, frijol con chorizo, hawaiano, salchichas con queso amarillo, quesillo y jamón, además de los de piña natural, arroz con leche, crema pastelera y chocolate.

Su variedad también incluye a los rellenos de guisados como atún a la mexicana o rajas con elote y queso. Loss pastes son para llevar y cuestan 10 pesos.

Cómo llegar: Realmente Pastes está en Norte 172 número 518, colonia Pensador Mexicano, delegación Venustiano Carranza, a una cuadra del metro Oceanía. Atiende diario de 11am a 9:30pm.

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