Tan acostumbrados a replicar casos de éxito provenientes del exterior, las mentes más brillantes en activo se rascan la cabeza buscando al “Emmanuel Macron mexicano”. La tinta de opiniones divaga entre perfiles que más o menos podrían dar el “gatazo”, incluso, físicamente. Qué ingenuidad. Que si Ricardo Anaya (ja), que si Armando Ríos Piter (ajá) y hasta ahí, porque hace tiempo que reventó la burbuja del modelo de candidato “independiente”, gracias a la tibieza del gobernador de Nuevo León que se decía muy bronco. El mismo Lupe Esparza habría causado menos desastres gobernando el norteño estado.

Como si el grueso del electorado mexicano se desayunara todos los días con las últimas noticias del mundo de hoy, cuando es la realidad nacional la que se estrella cada mañana en nuestras narices.

Ante tanta alharaca, políticos ambiciosos y consultores electorales ociosos pierden de vista que la última elección presidencial en Francia fue una clara señal del fin de los partidos políticos tradicionales.

En esa espiral descendiente de las formas de hacer política como las conocemos, que poco a poco van caducando en el mundo, las dirigencias del PAN y el PRD sellaron una alianza electorera que parece macabra. Porque, según los signantes Ricardo Anaya y Alejandra Barrales, el pacto entre ambos partidos políticos es con miras a la elección presidencial de 2018. Aquí algo huele muy mal.

Anaya, apostó sus aspiraciones políticas o sueños guajiros, ya no se sabe, a la candidatura de Josefina Vázquez Mota al gobierno del Edomex, pero ella no levanta en las encuestas, aunque la cargue Atlantis en las cuerdas del pancracio.

Al interior del PRD, el anuncio de Alejandra Barrales fue visto como un bandazo por la corriente de René Bejarano. Y bueno, los usos y costumbres del partido a negociar entre tribus. La decisión fue celebrada por la corriente de ‘Los Chuchos’, tan afectos a los pactos con fuerzas políticas contrarias.

Ayer mismo, Barrales tuvo que fungir como vocera de sí misma y aclarar que el anuncio no se trataba de una alianza electoral, sino un dizque “frente amplio opositor” donde caben “todas las fuerzas e ideas políticas, menos el PRI”, pero lo firmaron dos partidos, ¿o sea? 

Barrales, quien sueña con la candidatura a la jefatura del gobierno de la Ciudad de México, creyó que el albazo podría resultar favorable a la, también hipotética y casi imposible, candidatura presidencial de Miguel Ángel Mancera. ¡Plop!

En el radar. Que Ricardo Anaya piense en su candidatura presidencial no es noticia. Que la aspiración se hunde junto con Josefina Vázquez Mota, tampoco; pero que el queretano ha dejado ya a su suerte a la candidata porque se niega a declinar en favor del perredista Juan Zepeda, es algo que en los próximos días se verá. Mientras que Zepeda, quien es presionado por López Obrador y sus huestes para que decline en favor de Delfina, ¿quién más? con la advertencia clara de que es hoy o nunca. O sea, cuando ‘El Peje’ diga: el próximo martes o no habrá posibilidad de alianza en 2018.

Más que un proceso electoral democrático, la elección en el Edomex parece una comedia de enredos donde lo único que importa es conservar ‘el hueso’ en el caso de la familia que ha gobernado la entidad desde hace ya varias generaciones, capaz de echar mano de Gabriel Quadri en sus spots, si es necesario. Y Morena, que podría dar un paso importante rumbo a la elección presidencial con una candidata tan incapaz como sus adversarios, pero además, con un historial importante de corrupción en Texcoco. 

Bitácora de lo absurdo. Aficionados del Real Madrid festejaron ayer el campeonato de su equipo en la fuente de la Cibeles de... ¡la colonia Roma! ¿Hala, Madrid? 

Obituario. Luto en la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México por la muerte del oficial Julio César Rojas Betanzos, quien cayó en el cumplimiento de su deber al enfrentar a delincuentes armados en la colonia Gabriel Hernández, en la Gustavo A. Madero. Descanse en paz.