Trabajo en casa, saludable tarea

OPINIÓN 22/04/2013 00:00 Actualizada 00:00

Los tiempos cambian para bien, pero en ocasiones se tuercen en el camino, al menos eso ha pasado con las jornadas de labor femenina en el hogar, que se han reducido por suerte para que puedan descansar y divertirse, pero conllevan riesgos como obesidad.

Un estudio de la Universidad de Carolina del Sur revela que en la década de los 60 la mayoría de las mujeres de Estados Unidos dedicaba gran parte de su día a las labores domésticas, pero la situación ha cambiado drásticamente.

Los avances tecnológicos han permitido que las labores domésticas se hayan simplificado y cada vez más las mujeres cuentan con un empleo fuera de casa. En el pasado, ellas invertían más horas y energía en tareas hogareñas.

Malas cuentas

Menores tareas, más riesgos. Esta situación tiene impacto importante en términos de salud, ya que la disminución o falta de actividad física constituye uno de los factores clave en la aparición del sobrepeso y obesidad, así como de afecciones cardiovasculares, entre otras enfermedades.

La sustitución de la energía que anteriormente se utilizaba en las labores domésticas por conductas sedentarias como trabajar sentada frente a la computadora o ver la televisión, contribuye en buena medida a una significativa disminución de la actividad física entre las mujeres, con el consecuente riesgo de desarrollar sobrepeso y otros padecimientos.

El doctor Andrew Archer, de la Universidad de Carolina del Sur, y colaboradores, siguieron el estilo de vida de 55 mil estadounidenses entre 19 y 65 años desde 1965 hasta 2010, para saber en qué ocupaban su tiempo y cuánta energía “gastaban” en las labores domésticas.

Más que números

Los resultados revelan que el tiempo que antes se ocupaba en el hogar disminuyó 50% entre las mujeres. En 1965 invertían 26 horas a la semana y en 2010 apenas les dedicaban 13 horas.

Esta caída de actividad significó que las mujeres dejaron de “quemar” más de 2 mil 500 calorías semanales para el 2010.

El estudio señala que el tiempo que las mujeres pasan frente a una pantalla de televisión o computadora se ha incrementado dramáticamente. Si en la década de los 60 veían la televisión 8.3 horas semanales en promedio, en el 2010 este tiempo se duplicó a 16.5 horas por semana frente a una pantalla.

“El tiempo que antes se utilizaba para realizar tareas del hogar hoy se ocupa en conductas que no implican tanto movimiento físico, un fenómeno que impacta significativamente a la salud pública”, asegura el doctor Archer.

“Nuestro estudio demuestra que el principal problema no es la dieta sino más bien, la forma en que ocupamos el tiempo. Un estilo de vida activo o sedentario determina la reacción del organismo frente a lo que comemos”.

“Las mujeres hacen ejercicio alrededor de 2.3 horas a la semana, pero esto no basta para cumplir con los 60 minutos diarios que recomienda el Instituto de Medicina para mantener un peso adecuado”, advierte.

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