PAPEL EN MANO Mucho se ha estado haciendo para tratar de limpiar lo más que se pueda el lío de la Línea 12 del Metro, y cuando sea reabierta en su totalidad, un hecho será relevante y muy trascendente: que ahora sí se contará con una certificación que avale la correcta implementación de la vía, el funcionamiento y la compatibilidad de los trenes. Y es que para la reapertura, el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, sabe que deberá ofrecer a los capitalinos una obra certificada, que garantice que no habrá defectos y que no volverá a suceder el chasco de su antecesor, Marcelo Ebrard, quien por cierto lo metió en serios aprietos, porque inauguró la obra sin contar con esa certificación por la que supuestamente pagaron un dineral. ¡Papelito hablará!, dicen por el GDF.

CON EL OJO ATENTO Tras las denuncias de las irregularidades que hay en los verificentros del Distrito Federal, el gobierno de la ciudad se “ha puesto las pilas” y el fin de semana cuatro establecimientos fueron clausurados para evitar que siga la corrupción en el programa que busca mejorar el ambiente. Como resultado, se iniciará un procedimiento administrativo y se procederá a las sanciones correspondientes, informan las autoridades, que van de los 20 días hasta los 100 mil días de salario mínimo vigente. Con ello, seguramente orillarán a los que permanecen abiertos a endurecer su funcionamiento y a no actuar en complicidad con los “coyotes”, que en este negocio irregular son quienes más ganan.

DEUDAS EN LA PGJEM Todavía no se aclara la agresión en contra del diputado federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Ramón Montalvo Hernández, y en el fin de semana mataron a su cuñado. Fue hace unos meses cuando al legislador le metieron cinco balazos que lo mantuvieron hospitalizado durante varios días y el sábado, a puñaladas le quitaron la vida a su familiar político. De la agresión al diputado poco se supo porque, como casi siempre, la Procuraduría mexiquese antepone aquello de que “es una investigación en curso” y no se pueden dar detalles de los casos, para que después terminen olvidados, nadie cuestione y los responsables sigan libres.