Se le subió el “Ratón” Macías

Rodolfo Rosales

OPINIÓN 21/03/2017 10:29 Rodolfo Rosales Actualizada 10:29

Hugo es taxista desde hace 21 años y recuerda que lo mejor que le ha pasado es haber llevado como pasajero el inmortal Raúl “Ratón” Macías.

Como buen aficionado al boxeo, sobre todo a la llamada “época de oro”, y por ello fue uno de los tantos aficionados que idolatró a Raúl “Ratón” Macías. 

“Fue por herencia de mi padre. Él era asiduo al boxeo, iba a las arenas y me contaba que estuvo en la pelea del ‘Ratón’ contra Nate Brooks, en la Plaza de Toros México”.

“Fue en el 2008, di vuelta de Troncoso hacia Balbuena, una persona me hizo la parada, de manera muy decente me dijo: ‘manito, llévame a la colonia Paulino Navarro’, y al verlo por el retrovisor su rostro se me hizo familiar”.

“Al principio me dio un poco de pena, pero pudo más mi curiosidad y le lancé la pregunta: ¿Es usted Raúl Macías?” 

“De inmediato sonrío: ‘Claro, que yo sepa sigo siéndolo’. Entonces me emocioné y le platiqué que era el ídolo de mi padre y mío también y eso le dio gusto”.

“Me contó cosas que yo no sabía, como el hecho haberle comprado a su madre la casa que habitaba en la colonia Jardín Balbuena y que se retiró del boxeo por obedecer a una solicitud de su progenitora”.

“También me dijo que era un gran bailarín, pero que cuando daban las 11 de la noche regresaba a su casa a dormir, porque tenía que entrenar al día siguiente”.

“Yo lo interrumpí y le pregunté cómo le había hecho para ser uno de los más grandes ídolos del boxeo y su respuesta fue simple: ‘Fui un buen hijo, siempre obedecí a mi madre, fui un deportista sano, nunca he fumado ni bebido y guadalupano, a mucha honra. De hecho después de cada pelea realizaba una peregrinación a la Basílica, para agradecerle el haber salido con bien’. Fue algo sorprendente.

“La verdad, la plática estaba muy buena, pero llegamos a su destino y todavía se dio tiempo para firmarme una hoja con su autógrafo, lástima que mi padre ya no lo pudo ver”.

“Le conté a mis hermanos y les presumí la firma del ‘Ratón’ y se quedaron maravillados”.

“Por eso, cuando el señor Raúl Macías falleció en 2009, yo fui una de las miles de personas que acudieron a la Basílica, a la misa de cuerpo presente que hubo y tuve mucha suerte, porque vi a otros ex campeones mundiales, todos muy buenos, pero no se comparó con estar en el féretro del ‘Ratón’ y ver su rostro, no lo podía creer, yo lo había visto sano y ahora estaba muerto”.

 “Ya ha pasado tiempo y yo no puedo olvidar el día que se subió a mi taxi, pero me duele cuando se lo cuento a otras personas y no me lo creen, dicen que nunca andaba en taxi, pero yo lo llevé y conservó su firma como testigo de ese momento inolvidable para mí.

“Espero le guste mi relato, porque a mi me dejó marcado”. 

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