Trudeau, con el carisma de Fidel

LEO AGUSTO

OPINIÓN 16/10/2017 10:51 LEO AGUSTO Actualizada 10:51

QUIZÁ la última visita de Estado que causó furor entre la clase política casi con la misma magnitud, antes del primer ministro Justin Trudeau, fue la que realizó Fidel Castro a Ernesto Zedillo en el año 2000. Casi, porque entonces el gobierno mexicano venía de reclamar a Cuba en la IX Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado la falta de libertades civiles y la violación de los derechos humanos en la isla. Pero la izquierda representada por el PRD en el gobierno del DF tenía sentimientos encontrados entre el ocaso de Fidel convertido en dictador, criticado por intelectuales de la época como Carlos Monsiváis. Y por la otra, la viva figura del histórico líder mundial que embelesó a la izquierda perredista y a un sector de la nueva burocracia cardenista integrado por líderes estudiantiles de la UNAM, que entonces cometieron casi los mismos desfiguros que vimos ahora con Trudeau, con la salvedad de que en aquellos tiempos no había ‘selfies’. El “besamanos” perredista a Fidel Castro en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento habría durado casi las mismas dos horas que duró su discurso. Hasta la victoria siempre, goe.

Con las negociaciones del TLCAN pendiendo de un hilo, el carisma en México del premier de Canadá puso a la clase política mexicana al borde de un ataque de histeria colectiva. Primero, porque Trudeau llegó a México en un momento donde el presidente Peña lucha a contracorriente por mejorar su imagen, que muestra ya el desgaste del poder y la mácula de la corrupción. La cercanía entre ambos países ayuda tanto a Peña, como a Trudeau. México “está de moda” y tiene la mirada del mundo por muchísimas razones, pero la principal debido al presidente de Estados Unidos, en su imaginario todos somos ‘bad’ hombres.

“¿Sesión solemne?”, se pregunta Juan Arvizu en su crónica de la visita de Trudeau al Senado donde, rompiendo con todo protocolo diplomático, por si hiciera falta frivolidad, Justin Trudeau tuvo que abrirse paso entre admiradoras con fuero, al ser hostigado como si se tratara de otro Justin, también canadiense pero de apellido Bieber, para tomarse una ‘selfie’. 

Pero en el pleno parlamentario, Trudeau manifestó la necesidad de mejorar los salarios de la clase trabajadora en México. Ese tema, especialmente en la industria automotriz, tiene una disparidad abismal entre los países socios del TLCAN. Cosa incomprensible, dado que hay igualdad de capacidades y competencias en la mano de obra calificada de América del Norte. Trudeau llevó a la tribuna del pleno del Senado una añeja causa de los trabajadores: la recuperación del poder adquisitivo del salario, que se encuentra en caída libre desde la implementación del neoliberalismo económico en México hace 30 años. El mensaje de Trudeau es una invitación a mejorar globalmente la economía de la región, así disminuiría la migración forzada. La solución no está en el muro, sino en mejorar la calidad de vida de los países socios del TLC. Parece simple, pero el aumento salarial es uno de los temas que la clase empresarial mexicana del “cuarto de junto” considera intransitable. 

Se ha escrito en la prensa sensacionalista del enorme parecido físico entre Justin Trudeau y Fidel Castro, pero además, son parecidos en la personalidad magnética. 

Trudeau cita a Juárez en español y obtiene aplausos de pie del Legislativo, casi como si Castro dijera “Hasta la victoria siempre”, como remate en su oratoria. 

Bitácora de lo absurdo. Urge crear en San Lázaro la Comisión de ‘Selfies’. La diputada panista de Chihuahua, Cristina Jiménez, pagó publicidad en Facebook para sus ‘selfies’ con Trudeau. El pie de la foto donde la legisladora aparece lanzando un beso al primer ministro es el siguiente: “Hablando de TLCAN/ NAFTA, en cena con el Primer Ministro Justin Trudeau presenciamos el aprecio que tiene por los mexicanos y sus deseos por continuar mejorando el intercambio entre MEX-Canada”. El colmo de la burla a sus representados. La diputada funge como secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, cuya última reunión ordinaria fue el 31 de enero de este año y no asistió. 

t @LeoAgusto

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