La televisión y la intolerancia

Lupita Martínez

OPINIÓN 14/09/2016 09:01 Lupita Martínez Actualizada 09:01

La televisión abierta juega un papel decisivo en la opinión pública porque durante años ha sido el instrumento de manipulación por excelencia, se ha encargado de presentar personajes y situaciones que consideran, según ellos, “aceptables”. Así, por ejemplo, durante años no se permitió que las protagonistas de telenovelas, por cierto los programas más sintonizados históricamente en México, perdieran la virginidad antes del matrimonio o que tuvieran más de una pareja. Se censuraron historias que salieran de lo “correcto” como aquella “Tentaciones” de Azteca en la que un sacerdote se enamoraba. ¡¡¡Escándalo!!! y salió del aire. 

¡¡Esas cosas no se podían ver en la tele porque atentaban contra las buenas costumbres de la familia mexicana!!, mientras en la vida real los sacerdotes no solo se enamoraban y tenían hijos, la misma familia “tradicional” tomaba nuevas formas de acuerdo a las circunstancias y por supuesto en estas formas nuevas, seguía siendo familia. 

En la televisión además, se han manejado prototipos irrespetuosos de los homosexuales que en ocasiones resultan hasta caricaturescos. Gloriosas excepciones fueron por ejemplo “Alma de hierro” y un poco “Los exitosos Pérez” producidas por Roberto Gómez Fernández y José Alberto Castro, respectivamente. Aunque tampoco en estas glorias es que se a las parejas “gay” se les viera ya no digamos haciendo familia, dándose un beso. Las madres solteras la mayoría de las veces han sido justificadas con la viudez, la migración o ya muy atrevidamente con el abandono y nunca se ha mencionado a alguien que por elección sea madre o padre soltero. 

Además de las telenovelas, existen programas en los que se censura el lenguaje y termina por resultar absurdo e irrisorio; las groserías están prohibidas aunque no se digan en un contexto ofensivo. En “Esta noche” que inexplicablemente sigue al aire los lunes se invita al “videobloger” El escorpión dorado, para saturar de “bip” lo que habla. 

El país camina sobre nuestros muertos y desaparecidos, eso aparece en todos los periódicos y en algunos noticieros (no el de Denisse Maerker porque ella casi no da noticias) pero en la televisión siguen prohibidas un montón de cosas de la vida cotidiana. 

Existe una buena parte de la sociedad mexicana que quiere seguir viviendo dentro de un melodrama, que pretenden juzgar, castigar y reprimir a quienes se salgan del guion y eso no se puede, ni se debe. 

Algunos productores se han arriesgado y se les ha permitido tocar ciertos temas, pero falta mucho trabajo por hacer, si queremos una sociedad incluyente y respetuosa, deben empezar por permitir que se asome por esa ventana tan importante que es la televisión abierta, la vida como es, con todas las diferencias que existen que son tantas como individuos. 

La cosa es muy clara, todos tenemos el mismo derecho de elegir la religión que queramos practicar o de elegir no practicar ninguna; de elegir el tipo de familia en la que queremos vivir o de no hacer familia si así lo deseamos. Todos tenemos derecho de vivir nuestra sexualidad como mejor nos parezca y hacernos responsables de ello y tenemos el derecho de amar a quienes mejor nos parezca. Y en lo anterior puede usted, amable público conocedor, estar de acuerdo o no, pero no puede negar que la libertad suya y de los demás es inalienable y a pesar, en caso de su desacuerdo, que se debe respetar.

 

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