Dejen de traicionar al pueblo

OPINIÓN 14/03/2014 05:00 Actualizada 05:00

Hace apenas unos cuantos meses Peña Nieto y sus aliados en la Cámara de Diputados decían que debían aumentar los impuestos para tener recursos suficientes y así financiar programas sociales como el seguro del desempleo, argumentando que se trataba de que pagaran más los que más tienen para beneficiar, en este caso, a los trabajadores sin empleo. Y mintieron.

El 1 de enero de este año pudimos darnos cuenta que la llamada reforma hacendaria era un aumento de impuestos generalizado que golpeaba más a quienes cuentan con menos recursos para su subsistencia. Pronto, las cargas impositivas dieron como resultado una escalada inflacionaria que persiste hasta nuestros días y que, evidentemente, afecta más a las clases medias y populares.

Ahora nos amanecemos con la noticia de que los diputados promueven iniciativas para implementar un seguro del desempleo que no será financiado con lo recaudado por los nuevos impuestos, sino por 60% de los recursos que los trabajadores aportan al Infonavit. Se trata de una nueva agresión de los diputados a los trabajadores, de un despojo que dificultaría aún más el acceso a la vivienda de interés social.

Los diputados de la actual Legislatura no tienen límites: primero aprueban una reforma laboral que prácticamente eliminó los derechos laborales y la estabilidad en el empleo, luego dan visto bueno a una reforma educativa que tiene el único objetivo de destruir los derechos de los profesores, posteriormente incrementan los impuestos y con ello generan más inflación así como desempleo, y ahora quieren suprimir el derecho de los trabajadores a una vivienda digna con el pretexto de crear un seguro de desempleo.

Es decir, en la Cámara de Diputados pretenden que una vez más la gente que trabaja cargue con el costo social y económico de los errores y negocios de la clase política. Son incapaces de generar más puestos de trabajo, pero aumentan los impuestos con el pretexto de hacer un seguro que ayude a millones de desempleados y al final salen con que siempre no, que el seguro lo pagarán los propios trabajadores, que ahora también tendrán que renunciar a hacerse de una casa de interés social.

Esta intentona de los diputados los exhibe y da la razón a quienes han sostenido que aumentaron los impuestos para poder tapar el boquete presupuestal que se abrirá con la privatización del petróleo, si no, ¿dónde van a parar los millones de pesos extras que se recaudarán con la reforma hacendaria?

El seguro de desempleo urge, es necesario y debe llevarse a cabo, sólo que su financiamiento debe ser a partir de recursos fiscales o del dinero que se podría obtener de la aplicación de un programa de austeridad en las altas esferas del poder. Urge que los diputados dejen de traicionar al pueblo.

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