El reparto y las prisas

OPINIÓN 13/08/2014 05:00 Actualizada 05:00

La Secretaría de Energía (Sener) informará en el transcurso de hoy con qué campos se quedará Pemex para la exploración y producción de petróleo y gas. También dará a conocer cuáles se incluirán en un primer paquete de licitación para que el capital privado nacional y extranjero. Además, definirá en qué áreas y campos se asociará la petrolera mexicana con empresas privadas del sector. Hoy se sabrán, pues, los resultados de la “ronda cero” y de la “ronda uno”.

De acuerdo con investigadores de la UNAM, como el maestro Fabio Barbosa Cano, Pemex conservará más de 95% de los campos actualmente en producción:

1. El campo Ku Zaap Mallob, en la Sonda de Campeche, con una producción de 840 mil barriles de petróleo diarios, es decir, uno de cada tres barriles de los que extraemos actualmente.

2. Cantarell, también en la Sonda de Campeche que, aún en pleno declive produce 300 mil barriles diarios, el equivalente a lo que produce el campo más productivo de Estados Unidos en aguas profundas del Golfo de México, llamado “Thunder horse”.

3. Los campos del litoral de Tabasco, entre ellos el de Tsimin, recientemente puesto en producción; los del delta del río Grijalva y el complejo Antonio J. Bermúdez.

Y 4. Algunas partes de los campos de Chicontepec, al norte de Veracruz; y de la zona de lutitas, en el norte del territorio. Estos y algunos más de los que ya sabremos hoy, producen la mayor parte de los dos millones 400 mil barriles diarios que actualmente extraemos en el país.

De acuerdo con las fuentes consultadas, serán los campos que requieren de mayor inversión y de recursos técnicos de avanzada por su complejidad geológica, los que se entreguen al capital privado. Podrían ser los siguientes:

1. Aguas profundas del Golfo de México, sobre todo en tres zonas:

a) Frente a las costas de Campeche, donde se perforarían pozos de 650 a dos mil 500 metros de profundidad. Se trata de crudos muy pesados con una consistencia similar a la del lodo, lo que dificulta extracción y transporte.

b) Frente a las costas del sur de Veracruz, a la altura de Catemaco. Son campos que combinan crudo y gas. La extracción de este último podría posponerse hasta que su deprimido precio pueda ser rentable.

c) Los campos transfronterizos, con una gran expectativa de riqueza pero cuya explotación requiere millonarias inversiones (baste decir, a manera de ejemplo, que el alquiler de una plataforma de perforación en esa zona cuesta sobre el medio millón de dólares diarios).

2. Los campos conocidos como “pre sal”, en el Istmo de Tehuantepec y extensiones hacia Tabasco y Chiapas. De estos pozos se tenía conocimiento desde el Porfiriato, pero su producción se postergó por años al topar con gruesas capas de sal que no era posible traspasar (de ahí que se llamen “pre sal”). Este tipo de campos requieren de tecnologías sofisticadas como las que ya se aplican en países como Brasil.

3. La zona de lutitas, pletórica de gas natural en los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Su explotación requiere también de cuantiosas inversiones.

Es en todo ese universo donde están los 11 mil millones de barriles de reservas probadas, los 10 mil millones de barriles de reservas probables y los 10 mil millones de barriles de reservas posibles.

Para conocer los resultados de las rondas “cero” y “uno”, la reforma constitucional marca como plazo la segunda semana de septiembre. Sin embargo, el gobierno de Peña Nieto decidió adelantarlo para hoy. Es obvio que hay prisa. ¿Por qué?

Tres son las razones posibles: 1. Obtener a la brevedad los beneficios de la reforma, que es la esgrimida por el gobierno y la que es políticamente correcta y mediáticamente redituable; 2. El aceleramiento en la declinación productiva de los actuales cambios, lo que redundaría en los ingresos presupuestales de este año y el próximo, y que urge compensar; y 3. Formalizar ya contratos, que incluirán fuertes multas en caso de incumplimiento, ante la eventualidad de protestas sociales (que no se ven hasta ahora por ningún lado) y la eventualidad de una decisión revocatoria de la consulta popular planeada para junio del año próximo. ¿Usted con cuál se queda?

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