Demencia, una enfermedad cada vez más frecuente que se puede evitar

OPINIÓN 12/08/2014 05:00 Actualizada 05:00

Una de las metas en salud que vale la pena proponerse es envejecer de la manera más saludable posible, nadie sabe cuánto más va a vivir, pero de llegar a la vejez un ideal es disfrutarla con salud física y mental.

Antes que nada, el envejecimiento es un logro; gracias a los avances en salud, cada vez más personas viven más años y con mejor calidad de vida al llevar una dieta adecuada, ejercicio, evitar las adicciones y mejorar el control de las enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. Tener una vida activa, con ejercicio, pasatiempos, intereses y convivencia, son factores que retrasan o previenen la aparición de enfermedades como la demencia.

La demencia es un conjunto de síntomas que aparece generalmente después de los 60 años y aumenta su frecuencia con la edad, sin embargo no es parte del proceso de envejecimiento normal, tiene causas diversas y su forma de presentación también es múltiple. El tipo más común es la enfermedad de Alzheimer que representa entre un 60% y 70% de los casos. Otras formas frecuentes son la demencia vascular causada por pequeños accidentes cerebrovasculares y la demencia de los cuerpos de Lewi.

Algunas causas se pueden detener o contrarrestar si se detectan a tiempo, como la lesión cerebral, tumores del cerebro, consumo excesivo de alcohol, cambios en los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre, niveles bajos de vitamina B12 o el uso de ciertos medicamentos, entre ellos cimetidina y algunos para bajar el colesterol.

La demencia se clasifica en tres etapas:

Inicial o temprana, afecta las actividades diarias, pero no afecta la independencia. Los síntomas pueden pasar desapercibidos, hay una mayor dificultad para aprender o realizar tareas que exigen pensar un poco pero que antes eran fáciles, comienzan a olvidarse las rutas para llegar a casa o tener dificultades para hablar y encontrar las palabras adecuadas, extravían sus cosas, hay cambios de personalidad o se pierde el interés en lo que antes gustaba.

Intermedia o moderada: Se afecta la capacidad para vivir de manera independiente, tener dificultades para hacer tareas básicas como preparar las comidas o vestirse; puede haber cambios en los patrones de sueño, perder la noción de quién es, tener agitación, comportamiento violento y hablar con frases confusas.

Severa o grave. Hay una dependencia total del enfermo, ya no puede llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse o bañarse, entender el lenguaje o reconocer a sus familiares.

Cuando se sospecha que un familiar puede tener demencia es importante llevarlo al médico para hacer el diagnóstico y el tratamiento adecuado.

En México, la frecuencia de demencia en personas de 60 y más años va de 3.5% a 4.7%; puesto que es crónica, progresiva y aún no hay una cura, la mejor y única alternativa es la prevención. Lo que sabemos ahora es que una dieta saludable rica en verduras, frutas y legumbres; una vida activa con ejercicio regular, así como estar libre de adicciones (no fumar, no beber alcohol en exceso y no consumir otras drogas), tienen un efecto protector contra la demencia y mejoran nuestra salud mental.

Los mejores beneficios se logran a lo largo de toda la vida, pero nunca es tarde para cambiar a una vida más sana.

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