Fin o principio de la guerra

OPINIÓN 12/05/2014 05:00 Actualizada 05:00

La credibilidad, en política como en periodismo, es un activo del que depende un desempeño de excelencia en ambas actividades. Construirla toma años de trabajo, congruencia y disciplina. Perderla es cosa de unos cuantos segundos, casi siempre por descuido o debilidad.

Quien esto escribe dejó de creer en Alfredo Castillo, comisionado federal para la seguridad de Michoacán y gobernador en los hechos del estado, cuando una investigación que encabezó como subprocurador del Estado de México concluyó que la niña Paulette Gebara Farah se asfixió al quedar atorada entre cobijas y sábanas al pie de su cama, donde el cadáver pasó varios días sin ser visto ni olido por familiares, amigos y un número incontable de policías investigadores.

Castillo es el actual responsable del desarme, desmovilización y recuperación del Estado como único facultado en el uso de la fuerza. Tocó a él negociar y conducir por ese camino a los grupos armados de autodefensas.

El sábado pasado uniformó e incorporó a la recién creada Fuerza Rural Estatal a un buen número de ellos. No están ahí, por cierto, todos los que son, pues el proceso mismo de incorporación a una fuerza institucional, los dividió: Unos aceptaron sumarse a ese movimiento, otros prefirieron seguir armados y en pie de lucha. Los dos grupos intercambian la acusación de estar al servicio de cárteles de la droga, ya sea de Los Templarios o del Jalisco, Nueva Generación.

¿A quién creerle ahora que ya venció el plazo fijado para el desarme y la desmovilización de las autodefensas michoacanas, y que se va a aprehender —como se asegura— a todo aquel que ande en la calle armado sin pertenecer a la Fuerza Rural?

¿Con quién se va usted: con el comisionado Castillo y el ahora jefe de la policía rural estatal Estanislao Beltrán, alias El Papá Pitufo, ex vocero de una de las autodefensas de Tierra Caliente, quienes aseguran representar a aquellos que legítimamente tomaron las armas para proteger su vida e intereses, y sacudirse del secuestro y la extorsión; o con el doctor José Mireles, destituido vocero de las autodefensas de Tepalcatepec que dice que ni se desarma ni se desmoviliza, que va a morir luchando?

Habría que empezar con dilucidar, con la mayor certeza posible, si esas autodefensas, o al menos una parte, fueron y son expresión legítima de la desesperación ciudadana, o si fueron y son parte de los propios grupos delincuenciales, o si fueron o son (como en su momento advertimos aquí) parte de una estrategia gubernamental importada de Colombia.

El mecanismo, que no funcionó al cien por ciento, fue recomendado al presidente Enrique Peña Nieto por dos ex asesores: el colombiano Óscar Naranjo y el venezolano Juan José Rendón.

Éste último en problemas por haber “donado” —según denuncia del ex presidente colombiano Álvaro Uribe— dos millones de dólares (de 12 que le entregaron cárteles colombianos para detener la violencia y evitar la extradición a EUA de sus líderes), a fin de resolver problemas de efectivo de la campaña presidencial de 2010 del actual mandatario Juan Manuel Santos, a quien por cierto acompaña en sus pretensiones de reelección.

Castillo, por lo pronto, ya persigue a Mireles, el que no se plegó a su estrategia, y declara que se le investiga por su presunta participación en cinco homicidios, mientras que usa al Papá Pitufo para marcar, mediáticamente, lo que a juicio del gobierno federal fue el fin de las autodefensas.

Ese es el contexto en el que Mireles ha declarado que Castillo “se alió con criminales” como Papá Pitufo, El Comandante 5 y Los Viagras, para conformar el nuevo cártel H3; y que “la guerra apenas comienza”.

Instantáneas

1. ESTRATEGIA. Peor que Michoacán está Tamaulipas. La violencia no cesa en sus principales localidades. Mañana, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong anunciará una nueva estrategia de seguridad para el estado. Y ya se prepara para el 20 de mayo una visita de Enrique Peña Nieto.

2. LICENCIA solicitó el subcontralor del IEDF, Nelson Toledo, videograbado contando fajos de billetes que serían producto de extorsiones. El problema es el hermano, Mauricio, el jefe delegacional de Coyoacán, ya conocido como El rey de los moches.

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Twitter: @Raul RodríguezC
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