Casi tres meses después de asumir el timón del PRI, Enrique Ochoa Reza presentó a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional. El partido fue cimbrado hasta la raíz con la derrota electoral de junio pasado, donde el PAN se levantó de sus cenizas, al arrebatar al PRI la gubernatura de Veracruz, bastión de votos en el Golfo de México. En el nuevo CEN del PRI hay varios cuadros que han sido parte del fracaso estructural del partido en el poder, veamos algunos casos:

Blanca Alcalá, candidata derrotada por el PAN en el pasado proceso electoral para la llamada “mini gubernatura” de Puebla para el periodo 2016-2018. La senadora poblana será la encargada de vinculación con instituciones del sector educativo. Misma área de la senadora con licencia Ana Lilia Herrera, secretaria de Educación del Estado de México y sería contendiente a la candidatura al gobierno estatal. Aunque la caída de Josefina Vázquez Mota modifica por completo la configuración de la boleta electoral.

En la vocería del partido desde el Senado fue nombrada la senadora Ivonne Álvarez, candidata derrotada en la elección para la gubernatura de Nuevo León en 2015 por el mentado ‘Bronco’. Otra vocera será la diputada federal Yulma Rocha, la guanajuatense sabe, desde hace mucho tiempo lo que significa ser oposición en el bastión panista del Bajío. 

En el mismo caso encontramos a los adjuntos de Carolina Monroy, en la secretaría general; Georgina Trujillo, diputada federal por Tabasco y Mauricio Ortiz Proal, de Querétaro, en ninguna de las dos entidades gobierna el PRI.

Sin embargo, se entiende el enroque del senador Arturo Zamora, de la secretaría de Acción Electoral al gabinete de Organización Política, luego de la derrota en siete estados en 2016 y los resultados adversos en cuatro de ocho gubernaturas en 2015. Zamora es un político de la vieja guardia y su perfil es el idóneo para evitar que se desborde el proceso de expulsión del gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa.

Entonces surge la pregunta; ¿hacia dónde va el PRI de siempre encabezado por Ochoa Reza luego de cuatro años de desencanto? A juzgar por los cuadros del nuevo-viejo PRI: hacia la alternancia en 2018. 

Periscopio. Los asaltos en los lugares frecuentados por corredores y ciclistas en parques como el Bosque de Tlalpan, donde una mujer corredora fue agredida en días pasados, son resultado del revanchismo del gobierno de la Ciudad de México contra la delegación administrada por Morena, donde el perredismo no sólo ha escatimado en seguridad pública, también en la liberación de recursos etiquetados desde la Secretaría de Finanzas, principalmente en rubros como Desarrollo Social y Obras Públicas.

El secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida, intentó contener el justo reclamo ciudadano, principalmente en redes sociales al implementar un “operativo”, es decir, policías y funcionarios posando para los medios de comunicación en el lugar de los hechos; mientras, muchos corredores se preguntan; ¿cuánto durará el numerito?

En el radar. Jaime Rochín terminó su ciclo al frente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y dejó sobre la mesa de su sucesor un par de casos sin resolver: la masacre de 73 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, en 2010, y la desaparición de un número indeterminado de personas en Coahuila, desde 2011. Ayer presentó en El Colegio de México el informe En el desamparo, que contó con un consejo asesor donde destacan los nombres de Javier Sicilia y el escritor Juan Villoro. 

Bitácora de lo absurdo. El dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, dijo ayer que la inseguridad en todo el país es herencia de las administracionespanistas. El pronunciamiento tendría sentido cinco años atrás, pero suena cínico en el último tercio del sexenio, más si fue una de las promesas del PRI antes de llegar a la Presidencia, porque el PAN lanzaba la misma piedra al acusar al tricolor de la situación del país entonces, como consecuencia de 70 años en el poder. Seriedad, señores.