PRD: La dimisión de los vencidos

OPINIÓN 09/09/2014 05:00 Actualizada 05:00

En tono triunfalista, Jesús Ortega calificó la elección interna perredista como muy exitosa, porque se desarrolló con mucho éxito (sic). En este proceso participó el naciente INE que tuvo su primera prueba y lo  más importante para el Instituto era no poner en duda las capacidades de su Consejo General. La gran falla del INE fue avalar un padrón inflado en algunas entidades y rasurado en otras que favoreció a la postre a las tribus ganadoras.

Quedaron minimizados los señalamientos de robo de urnas, entrega de despensas, compra de votos, quema de casillas. Cuatro planillas le dieron madruguete al INE, que originalmente anunció que dará a conocer el resultado del conteo de votos el próximo 19 de septiembre, porque el pastel amarillo ya está repartido: Nueva Izquierda de Jesús Ortega obtuvo 647 mil votos (36.6%); Alternativa Democrática Nacional de Héctor Bautista con 386 mil votos (21.9%); Izquierda Democrática Nacional de Bejarano, 284 mil votos (16%) y Foro Nuevo Sol de Amalia García con 145 mil sufragios (8.20%). Una mayoría equivalente al 70% permitirá a los Chuchos y aliados ungir el próximo 5 de octubre a Carlos Navarrete como presidente del PRD y a Héctor Bautista como secretario general.
En esta elección participaron menos de 2 millones de perredistas, es decir un poco más de 40% de los afiliados. Con un abstencionismo de 60% una elección no puede calificarse como exitosa cuando muchos militantes no pudieron votar porque su nombre no apareció en la lista. A menos de que se compare con los anteriores procesos internos del PRD, donde ninguna de las partes reconocía los resultados y donde la palabra cochinero era el más modesto de los adjetivos.
En este proceso interno quedan dos damnificados relevantes, por un lado Cuauhtémoc Cárdenas que no podrá presidir el partido político que fundó luego de las fraudulentas elecciones de 1988. Y Marcelo Ebrard cuyo destino político depende en buena parte de ese tren de la Línea 12 que se dirige al precipicio. Ambos personajes han perdido espacios al interior del partido porque no se sumaron al proceso reformista del actual gobierno plasmado en el Pacto por México.

Aunado con la salida de López Obrador, el partido del sol azteca tiene como única posibilidad para mantener su vigencia mandar un mensaje de unidad al electorado para enfrentar a Morena en las elecciones de junio de 2015 y frenar en lo posible su caída libre en las preferencias electorales.

Periscopio

En el DF, la confrontación fue entre el grupo del jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, con Héctor Serrano como operador con la corriente MESI (Movimiento de Equidad Social de Izquierda) que buscó afianzarse con estructuras electorales para que operaran a su favor en contra de la corriente IDN del profesor René Bejarano. En Iztapalapa ganó la corriente mancerista al grupo de Marcelo Ebrard. Pero en el caso de Tlalpan, Bejarano mantuvo el control con Héctor Hugo Hernández, lo que le permitirá la designación de candidatos en 2015. Sin merma ni fractura, los votos de la izquierda en el DF solamente cambiarán de manos y la clave estará en las alianzas que logren hacer los partidos de oposición entre ellos y también con los ciudadanos para que salgan a votar y propicien un cambio en la capital del país después de 18 años de hegemonía amarilla.

En el radar

El diputado local perredista en Tamaulipas y presidente de la Comisión de Seguridad, Jorge Valdez Vargas, agarró a cachetadas a un líder vecinal en Nuevo Laredo, Fernando Martínez Rodríguez (travesti conocido como La Mayra) cuando los vecinos le reclamaron irregularidades en la elección. La cúpula perredista calificó esta agresión como un hecho aislado.

Bitácora de lo absurdo

La frase de Jesús Ortega al minimizar los incidentes ocurridos en la jornada electoral interna del domingo 7: “Hubo alrededor de 340 incidencias, de las cuales  90% fueron resueltas. Una incidencia es que la casilla no se instaló en la dirección señalada porque hacía mucho sol y se instaló en otro lugar”. Qué sol tan antidemocrático, caramba.

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