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OPINIÓN 07/05/2014 05:00 Actualizada 05:00

EL PERSEGUIDO Desde el año pasado, recién había llegado Enrique Dussel a la rectoría de la Universidad de la Ciudad de México, se dio a conocer una denuncia por acoso sexual contra Enrique González Ruiz, responsable del Posgrado de Derechos Humanos de la UACM. Mucho tiempo se estuvo investigando para deslindar responsabilidades, pero fue hasta el pasado 29 de abril que se dio a conocer que se encontraron elementos para darlo de baja de su cargo. Hoy, el maestro y “luchador social”, como lo nombran algunos, dice que las acusaciones son una estrategia política para impedirle luchar por la candidatura de la UACM, aunque estuvo enterado por notificaciones que el proceso en su contra estaba abierto desde junio.

 

NO TIENE SUFICIENTE En días pasados, el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, se le fue con todo a los “dirigentes” del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuya principal figura es Andrés Manuel López Obrador y Martí Batres, más metido en la arena política; Graco difundió cifras de que el Instituto Nacional Electoral (INE) sostenía que en el padrón de afiliados de Morena, con el que busca alcanzar el registro como partido, había 83 mil perredistas. Mientras que muchos crímenes se cometen en el estado que gobierna, Graco se da el tiempo para decir que Morena es un “proceso de retroceso”, donde “el dirigente decide quién ocupa qué cargo”. Graco Ramírez debería dejar la grilla para después.

 

A OTRO LADO CON SUS PULGAS... O MUERTOS Luego de varios meses de estar en el ojo del huracán, se anunció la expulsión del PRI, de la regidora con licencia por Guadalajara, Elisa Ayón Hernández, mejor conocida como Lady Panteones. Según dicen, fue expulsada porque se le comprobaron “conductas” que la ligan a actos de presunta corrupción aún no comprobados. El caso de Ayón podría ser un ejemplo para dos casos en la capital del país. El de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, líder del tricolor acusado de operar una red de prostitución financiada con recursos públicos; pero no sólo en el caso del PRI, sino también del PRD y el lastre que arrastra con la delegada en Iztacalco, Elizabeth Mateos, cuyo caso no está nada lejos del de la Lady Panteones.

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