El candidato del PRIAN

Martí Batres

OPINIÓN 05/12/2017 12:05 Martí Batres Actualizada 12:05

JOSÉ ANTONIO MEADE es el hijo predilecto del matrimonio entre el PRI y el PAN. No está afiliado a ningún partido político, pero representa fielmente el proyecto económico que ha hundido al país. Pomposamente, es promocionado como “el único mexicano que ha ocupado seis cargos como secretario de Estado al frente de cuatro secretarías en dos sexenios consecutivos” que son los de Calderón y Peña Nieto.

Sin embargo, este personaje también ocupó cargos directivos en los sexenios de Salinas, Zedillo y Fox. Su trayectoria es fruto de esa alianza que comenzó con el respaldo del panismo a la imposición de Carlos Salinas. A partir de ahí surgió una nueva clase dirigente poco anclada a la identidad de los partidos, pero con un firme fanatismo por el modelo económico neoliberal.

La lealtad de este grupo no es a partidos o países. Es a las políticas económicas que por más de 35 años se han aplicado en el país. Así, cuando el triunfo del PRI ponía en riesgo la estabilidad del modelo económico, Ernesto Zedillo operó para que Fox ocupara la Presidencia y se diera un cambio que mantendría todo igual.

Este cambio de partido en el poder poco significó para la generación de tecnócratas a los que pertenece Meade, que siguió creciendo y ocupando cargos con el panismo. Cuando regresó el PRI a Los Pinos, se mantuvieron los nombres aunque cambiaron los colores. El modelo económico, como la alta burocracia, se mantuvo inalterable.

Ahora que el país se encuentra de nuevo ante la posibilidad de un cambio verdadero, la clase dirigente afronta el reto mediante una estrategia que pone a la cabeza a Meade y toca al PRI poner su registro y al PAN operar para el triunfo.

Lo que pareció una sorprendente salida de Margarita Zavala del PAN formaría parte de esta jugada. Ella no obtendrá las firmas para conseguir su candidatura independiente. Acaso esta jugada servirá para obtener más posiciones en un hipotético gabinete de Meade. El matrimonio Zavala-Calderón o Calderón-Zavala, como se quiera, tendría la encomienda de respaldar al viejo camarada de Felipe.

Con Margarita se iría el voto panista hegemónico. Con Anaya y el Frente se quedaría un porcentaje encargado de mantener el registro del PAN y de satisfacer las necesidades del voto anti priísta. Así, PAN y PRD cumplirían con su misión que no es ganar, sino dispersar el voto anti PRI y evitar que este se vaya a López Obrador.

En términos generales, esta sería la estrategia del grupo gobernante para mantenerse en el poder y prolongar seis años más la desgracia en México. Meade, ese personaje que venden como un eficaz servidor público, en realidad sólo puede presumir la precarización de la economía de las familias mexicanas como triunfo. La trama es sencilla: hay un proyecto de cambio que busca ser frenado por quienes han gobernado al país en las últimas décadas y una sociedad harta del pasado que logrará imponerse. Esta vez, el PRIAN y su candidato fracasarán.

 

 

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