A un año de los homicidios de la Narvarte

Lydiette Carrión

OPINIÓN 03/08/2016 09:42 Lydiette Carrión Actualizada 09:42

Desde entonces han matado a cuatro periodistas más en aquel estado. 

Hace ya un año, el 31 de julio de 2015, el fotoperiodista Rubén Espinosa fue asesinado en un departamento de la colonia Narvarte, de la Ciudad de México. Aquí se había refugiado después de haber sido amenazado por su trabajo periodístico en Veracruz. Junto con Rubén, fueron asesinadas cuatro mujeres: Nadia Vera activista, y la única persona que conocía Rubén; Mile Virginia Martín, modelo colombiana; Yesenia Quiroz, maquillista, y Alejandra Negrete, trabajadora doméstica.

Hasta la fecha, hay tres detenidos. Las autoridades capitalinas aseguran que son los responsables. Policías filtraron a la prensa distintas versiones de lo que pudo haber sido el móvil: que si tráfico de drogas, que si prostitución. Pero en la comunidad de periodistas se piensa que nunca se agotaron las líneas de investigación. La línea que las autoridades nunca persiguieron fue la del trabajo de Rubén. 

Daniela Pastrana es periodista y directora de la Red de Periodistas de a Pie. Ella ha hecho un extenso trabajo de investigación en Veracruz, para conocer el estado que guarda la libertad de expresión en aquel estado. Recientemente publicó un reportaje sobre la situación de la que venía huyendo Rubén.

Para Pastrana, las autoridades capitalinas “no han investigado nada, ni sus propias líneas de investigación, que era la del robo, y luego la del narco, la del tráfico de drogas, ni esa han investigado. Mucho menos las que tendría que ver con un asunto de trata o las acusaciones de que pudiera venir de Veracruz”.

Con respecto a una posible conexión con el trabajo de Rubén en Veracruz, la Procuraduría lo único que hizo fue preguntar al gobernador y al procurador veracruzanos si sabían algo del asesinato de Rubén. Aquéllos simplemente respondieron que no.

A un año, la Procuraduría ni siquiera ha establecido un móvil claro; lo único que tiene son las declaraciones de los tres detenidos. Y se contradicen entre sí: uno dice que iban al departamento a tener sexo (los peritajes desmintieron esto), otros, que a recuperar una maleta. Hay otro indicio sobre posible trata, pero la Procuraduría tampoco lo ha agotado. Y, si en un caso tan grave, tan polémico, como es un quíntuple homicidio, donde entre las víctimas hay un periodista amenazado, una activista amenazada, pues, “qué se puede pensar de lo que ocurriría con cualquier otra persona”. 

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