En días pasados, el Inegi dio a conocer que el crecimiento del Producto Interno Bruto fue de 2.8% anual durante el primer trimestre de 2017, el mayor crecimiento en seis trimestres y por arriba de los pronósticos de los especialistas.

Debido al desempeño favorable de la economía mexicana, la Secretaría de Hacienda ajustó su estimación para el cierre del presente año a un rango de 1.5 a 2.5%.

El comportamiento positivo de la economía está permitiendo crear empleos formales y atraer inversiones foráneas sin precedente, situación alentadora si se considera que en el contexto global actual impera la incertidumbre y volatilidad en el corto y mediano plazos.

Comparativamente México experimenta un crecimiento superior al promedio de los países miembros de la OCDE, al de Estados Unidos y a otros países de Améria Latina y el Caribe, e incluso más que la región.

Indudablemente, dicho crecimiento está asociado a dos hechos: primero, las medidas de política económica implementadas por el gobierno federal y, segundo, los resultados tangibles de las reformas estructurales instrumentadas durante la presente administración, que han conformado una economía más sólida y con mayor capacidad de resistencia a choques externos.

La fortaleza del mercado interno, así como la importante dinámica del sector exportador en meses recientes, son los principales motores del crecimiento de la economía. Los datos disponibles permiten concluir que los hogares mexicanos continúan aumentando de manera importante su consumo. 

Basta mencionar que las ventas al mayoreo registraron en marzo pasado un crecimiento anual de 11.4%, se trata del aumento más elevado para el mismo mes desde 2009, mientras que las ventas al menudeo lo hicieron en 6.1% a tasa anual. 

Estas buenas señales mostradas por la economía mexicana, se ven reforzadas por las estimaciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional que pronostica una recuperación más sincronizada de la economía global para el cierre de 2017 y 2018.

Gracias a la tendencia positiva de nuestra economía, el mundo confía cada día más en México, lo que ha permitido atraer más inversiones del exterior. Entre enero y marzo se captaron 7 mil 945 millones de dólares por concepto de Inversión Extranjera Directa, el monto más alto para un primer trimestre desde que se tiene registro de dicho indicador hace 20 años. 

Si bien no es el crecimiento económico al que aspiramos, constituye un avance importante, tomando en cuenta el contexto de inestabilidad e incertidumbre que prevalece. Pese a ello, resulta indispensable seguir fortaleciendo estos logros económicos y trasladarlos a todas las familias mexicanas.