Hay que firmar

OPINIÓN 02/05/2014 05:00 Actualizada 05:00

La comisión ciudadana que encabeza Andrés Manuel López Obrador para promover la realización de una consulta popular sobre la reforma energética ya recibió, por parte del Senado, el formato para reunir firmas del 2% de ciudadanos inscritos en el padrón electoral, es decir, de un millón 600 mil personas.

Este formato, validado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y aprobado por el Congreso de la Unión, tendrá que ser llenado con el nombre, la clave de elector, así como el número que aparece al reverso de la credencial para votar conocido como el OCR, además de la firma de cada ciudadano que haya decidido apoyar la iniciativa.

Las rúbricas tendrán que ser colectadas en un tiempo récord, ya que los formatos deben ser entregados llenos al Senado el 1 de septiembre de este año. Por ello, en los próximos días y en cada rincón de la geografía nacional, los promotores de la consulta tocarán en todos los hogares y mantendrán presencia en la totalidad de las plazas públicas para informar y recabar el apoyo para la consulta.

Como se trata de un trámite legal no se puede omitir ninguno de los datos que acabo de mencionar, ya que el INE se encargará de revisar que los formatos hayan sido llenados de manera correcta y que el número de participantes sea el que marca la ley.

Se trata de un ejercicio que requiere de la mayor exactitud en el llenado por parte de los promotores y de que la ciudadanía en general tenga a la mano su credencial para votar. Es necesario remarcar que podrán firmar los formatos todos los ciudadanos y ciudadanas que lo consideren adecuado, independientemente de su filiación política.

La privatización del petróleo nos afecta a todos. En estos meses ya hemos resentido las primeras consecuencias. El aumento de impuestos y la inflación en distintos productos que se vive en estos días tiene que ver con la pretensión de privatizar nuestros hidrocarburos, ya que el gobierno quiere tapar el boquete financiero que se abriría con la privatización mediante el alza de impuestos que ha traído el consecuente incremento del costo de la vida.

También, los empresarios del ramo del gas y la gasolina serán afectados, pues empresas transnacionales los desplazarán, robarán el mercado y se llevarán las ganancias al extranjero.

Evitar que se concrete la privatización por los medios legales y pacíficos al alcance de la ciudadanía tiene que ver con principios éticos y políticos, sobre todo con la necesidad de asegurar que la economía y el bienestar de las familias no se hundan, que las nuevas generaciones hereden un país que garantice su desarrollo.

Pero no sólo eso. Evitar que los beneficios de la venta y refinación del petróleo mexicano pasen a manos privadas tiene que ver también con defender la estabilidad política del país, ya que se corre el riesgo de que las petroleras transnacionales quiten y pongan gobernantes a modo, como ha ocurrido en otros países.

Por todo ello, es importante que la ciudadanía se sume a la promoción de la consulta. Los beneficios de privatizar los energéticos serán para unos cuantos pero las desgracias serán para todos. Por eso, hay que firmar.

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