La movilidad es un factor determinante para la productividad y el desarrollo económico y social de los asentamientos humanos, así como para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y el pleno goce de sus derechos humanos.

 Es esencial para acceder a los servicios más básicos como lo es la salud. Este tema no se reduce solamente al desplazamiento de las personas en el transporte público y a la infraestructura vial, sino que también incluye el tema de la accesibilidad en la infraestructura de las instituciones públicas como hospitales, escuelas, centros de atención y edificios gubernamentales.

Y es que todos en algún momento nos hemos encontrado con algún problema de movilidad al usar el transporte público, en carreteras o en sistemas de infraestructura para el uso vial, sin embargo, hay grupos vulnerables que tienen que vivir diariamente con este tipo de obstáculos.

Los adultos mayores y las personas con discapacidad, se encuentran en esta situación, ya que muchos de ellos necesitan de infraestructura adecuada, como rampas, tubos pasamanos y elevadores para facilitar su acceso a diversas instalaciones.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2015, en México hay más de 5.7 millones de personas que tienen algún tipo de discapacidad y la prevalencia es del 6%. Las dificultades para ver y caminar son las más comunes. 

Por otro lado, hoy se sabe que la población mexicana ha comenzado con un proceso de envejecimiento. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2017 habían en el país cerca de 13 millones de personas con 60 años o más, cifra que representa más del 7% del total de la población. Se estima que para el año 2050 los adultos mayores representarán aproximadamente el 30% de la población mexicana.

Es importante mencionar que, por su condición, tanto las personas con discapacidad como las personas adultas mayores, acuden con más frecuencia a las instalaciones de salud pública, a fin de monitorear su salud y mantener una adecuada calidad de vida.

Ante este escenario, aunque se ha invertido una cantidad importante de recursos por la administración actual a la infraestructura hospitalaria y a los servicios de salud en general, uno de los retos más importantes del sector salud sigue siendo la adecuación de infraestructura para garantizar una movilidad incluyente a estos grupos, sólo así podremos lograr una inclusión real.

La construcción de hospitales, clínicas y centros de salud pública accesibles, es esencial para crear una sociedad más incluyente y equitativa.

Y como sociedad, también tenemos la responsabilidad de colaborar en la creación de una cultura favorable para estos grupos poblacionales, respetando sus espacios y la infraestructura creada y pensada para sus necesidades. Seamos parte de la construcción de un país más justo e incluyente.