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OPINIÓN 01/05/2014 05:00 Actualizada 05:00

Acabó el segundo periodo de sesiones. Busqué todos los días, como lo he realizado desde el primer día como senadora de la República, que mis participaciones en tribuna, en Comisiones, como secretaria de la Mesa Directiva, en foros internacionales y al interior de mi grupo parlamentario, estuvieran encaminadas a transformar al país. Con determinación y alto sentido de responsabilidad, he apoyado las propuestas del presidente Enrique Peña Nieto, ya que estoy convencida de que la transformación de México no puede esperar.

Las críticas han sido duras, son gajes del oficio. Pero cuando nuestros niños y jóvenes tengan una educación de calidad, una recaudación eficiente para responderle a los más necesitados, sigamos disminuyendo la violencia, aumentemos la inversión extranjera, una democracia con mecanismos para que la ciudadanía pueda participar más, así como mayor transparencia y rendición de cuentas, habrán valido las presiones, las horas extras, los amagos y amenazas.

Terminó el segundo año legislativo, pero continúa el estudio y análisis de la legislación secundaria de los tres grandes pendientes que modificarán el futuro de México: la reforma político-electoral, la de telecomunicaciones y la energética. Concluyó el periodo, como lo establece la Constitución, y el trabajo que realizamos al interior de las Comisiones seguirá para que en periodo extraordinario llevemos los dictámenes correspondientes a su discusión y votación.

LOGROS. Ahora bien, en este año conseguimos grandes reformas como la Ley Federal de Competencia Económica, la cual tiene como objetivo combatir la concentración en los mercados y fomentar la competencia. Esto logrará que México sea más atractivo para la inversión extranjera. Con la Comisión Federal de Competencia Económica se eliminarán las barreras que impiden la libre participación.

Aprobamos también la reforma secundaria en materia de iniciativa ciudadana para fortalecer la democracia, reglamentando el derecho de los ciudadanos a iniciar leyes, con trámites claros y el actuar de las instituciones.

Ante la escalada de la violencia en los estadios, aprobamos cambios a la Ley General de Cultura Física y Deporte con el fin de que los eventos continúen siendo familiares, se proteja la integridad física de los asistentes, y se prevenga, o en dado caso se sancione, la violencia.

Logramos elegir a los nuevos comisionados del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Durante largas horas de trabajo, en las Comisiones de Estudios Legislativos Segunda, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, y Anticorrupción y Participación Ciudadana, se analizaron cada una de las candidaturas a ocupar este cargo. Con esto entrará en funcionamiento el nuevo organismo constitucional autónomo a que se refiere la fracción VIII del Apartado A del artículo 6 constitucional.

Me faltan por enumerar grandes reformas que aprobamos. Pero al final de este año Legislativo, me quedo con una reflexión del Congreso de la Unión: En México contamos con instituciones que, pese a nuestras diferencias, logramos coincidencias, con un solo objetivo: construir un mejor país para las presentes y futuras generaciones.

 

*Senadora de la República
Secretaria de Mesa Directiva
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