Campo mexicano: avances y desafíos

LILIA MERODIO

OPINIÓN 01/02/2018 11:57 LILIA MERODIO Actualizada 12:54

Durante las últimas décadas, el sector agropecuario ha registrado profundas e importantes transformaciones.

Sin duda, constituye un sector estratégico, que ha jugado un papel medular para garantizar la seguridad alimentaria, generar empleos y divisas, además de ser la principal fuente de sustento de miles de productores y sus familias en todo el país.

Su aporte en el desarrollo económico y social del país es destacable, razón por la cual, desde el inicio de la presente administración, el gobierno de la República ha otorgado al campo un lugar central dentro de la política económica, que se ha materializado a través de diferentes programas y acciones orientados a su fortalecimiento.

El dinamismo del sector ha permitido generar exportaciones crecientes que ubican a nuestro país como uno de los proveedores de alimentos más destacados en el planeta; así, entre enero de 2013 y el tercer trimestre de 2017, el sector primario creció más de 12%, dinamismo inclusive superior al de la economía en su conjunto.

Durante 2016, el Producto Interno Bruto agroalimentario creció 3.8%, con lo que superó el crecimiento registrado por el PIB nacional (2.9%), mientras que en los primeros nueves meses del año pasado, tuvo un aumento de 2.2%, nivel igual al de la economía del país.

También por tercer año consecutivo, en enero-noviembre de 2017 la balanza comercial agropecuaria y agroindustrial reportó un superávit de 4,774 millones de dólares, correspondiendo a la balanza de bienes agrícolas 3,492 millones. Se trata del mayor saldo positivo en 25 años. Se estima que de continuar esta tendencia, las exportaciones superen los 33 mil millones de dólares al cierre del año.

Estas cifras ubican al sector como principal generador de divisas para la economía, por arriba del nivel alcanzado por remesas, venta de productos petroleros y turismo internacional.

Somos el principal exportador de aguacate (70% de lo exportado en todo el mundo); y de chile verde, calabaza y sandía, entre otros productos, a nivel global.

Es entonces, preciso mencionar que México va en la ruta correcta para consolidarse como una nación productora y exportadoras de alimentos. Con todo, debemos reconocer que persisten retos que es indispensable continuar atendiendo, como una mayor investigación y desarrollo tecnológico que eleve la productividad y competitividad del sector e impulsar el desarrollo sustentable de los recursos naturales del país, que den como resultado mayores ingresos para los productores primarios.

Gracias a este proceso transformador impulsado por la actual administración, las familias de los productores mexicanos viven mejor. Sin embargo, para consolidar al campo como columna vertebral de la economía y alcanzar el México próspero al que aspiramos, es necesario continuar promoviendo políticas en materia de inversión, infraestructura, innovación y desarrollo tecnológico, que permita posicionarlo en los primeros sitios en el mundo pero, ante todo, que se garantice la seguridad alimentaria y contribuya a mejorar el bienestar sistemático de la población.

 

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