Claroscuros del caso de Eleazar Gómez

Gil Barrera

OPINIÓN 08/11/2020 19:58 Gil Barrera Actualizada 19:58

V aya que la tienen difícil Eleazar Gómez y su pareja Stephanie Valenzuela, quienes protagonizaron un pleito familiar la semana pasada, cuyos resultados fueron mordidas y golpes y la detención de Gómez, quien permanecerá en el Reclusorio Norte por espacio de dos meses, mientras se realiza la investigación para saber cuál fue el origen del conflicto y las consecuencias de este.

Pese a que las autoridades han dicho que Eleazar enfrentará un proceso desde el reclusorio por espacio de dos meses, se comenta que sí llegará a un acuerdo con la víctima —previa compensación— para que ella le otorgue el perdón y así, Eleazar sólo reciba una fuerte lección.

Estamos en un país  donde se hacen valer las leyes y la lupa que ha puesto en este caso la fiscal Ernestina Godoy es una prueba mediática que no deben dejar ir bajo ninguna circunstancia, claro, todo conforme a la ley.

Hay una gran cantidad de anécdotas de famosos con historias tóxicas y de violencia doméstica que por miedo al qué dirán, no reconocen que tienen un problema emocional o son víctimas minimizadas.

Paradójicamente, con este hecho, estamos frente a una oportunidad para visibilizar casos sin importar el género, ni el oficio y para que las autoridades encuentren la forma de eficientar los procesos. Es una coyuntura para que los (y las) famosos, revisen sus relaciones, eliminen vergüenzas que ocultan actos violentos y procedan.

Las celebridades son entes inspiracionales y mucha gente los sigue y les cree; por ello, todo lo que hagan en pro o en contra de los valores trasciende.

El evento de Eleazar y Stephanie es lamentable por todos lados, pero pone la lupa para que se denuncie, investigue y castigue. Ambos tienen la mira encima, él  guarda leyendas de presunta violencia y ella, que por amor buscaría un arreglo.

Es, repito, la oportunidad de que cada quien (sea figura público o no) se responsabilice de sus actos y que no aparezca ni una mujer más con el rostro mordido, un inocente acusado (si este fuera el caso) y ni un acuerdo económico para normalizar un acto tan vil como el de la violencia doméstica, nada lo justifica.

En medio de esta noticia, aparece en la escena otro acto de injusticia contra la mujer; se trata de Adele Urbán, quien sufre desde hace algunos meses por la sustracción parental de sus hijos en Mérida, Yucatán,  donde parece que nadie quiere hacerle caso, ni el góber. Ella es hermana de Carol Victoria, la músico con la que se casó en Mérida el cantante Cristian Castro… Nos leemos la próxima aquí, donde quizá hablemos de ti. 

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