Carlos Slim en el diamante de fuego

LEO AGUSTO

OPINIÓN 09/09/2019 05:36 LEO AGUSTO Actualizada 11:36

Inicia el último cuatrimestre del año y con la llegada de septiembre comenzaron las finales en la Liga Mexicana de Beisbol. Uno de los encontronazos más esperados corresponde al duelo entre los Diablos Rojos del México y los Tigres de Quintana Roo, batalla beisbolera conocida como la Guerra Civil, porque durante años ambos equipos compartieron ciudad y estadio en la capital, lo que motivó una rivalidad deportiva casi épica que aún persiste.

El miércoles pasado, durante el segundo juego de la serie entre ambos equipos, el nuevo estadio de beisbol tuvo como invitado especial al ingeniero Carlos Slim, quien asistió al “Diamante de Fuego” por convocatoria de su primo, el contador público Alfredo Harp Helú. El juego es tan largo, casi tres horas en promedio por encuentro, que Slim se dio tiempo para recorrer el parque de pelota en compañía del propietario del club. Algunos aficionados con suerte pudieron tomarse la selfie con el hombre más rico de México, con eso ya valió la pena el precio del boleto para ellos.

El Gordo, suertudo como lo conocemos, tuvo oportunidad de saludar a ambos personajes y preguntarles cómo veían la situación del país con la llegada de López Obrador a la Presidencia. El país va bien, dijo (palabras más, palabras menos) Harp Helú. Mientras que Slim Helú contó: “El Presidente está haciendo las cosas bien” y, agárrese: “Lo malo que está pasando en el país es responsabilidad de los gobiernos anteriores, como ya lo dijo él”. Este par de declaraciones no cambian mucho respecto a los pronunciamientos públicos de ambos empresarios en días pasados. Pero al Gordo le queda la duda respecto de si Slim declaró lo que realmente piensa o se limitó a decir lo que en este momento le conviene. 

Radar de lo absurdo. La editorial Debate presentó el libro “No hemos entendido nada” del periodista peruano Diego Salazar, un lamento (más que un análisis) de la situación de los medios de comunicación en el mundo de habla hispana. Acompañado por los periodistas Sandra Romandía (La Silla Rota) y Eliezer Budasoff (The New York Times) disertaron sobre el futuro incierto de los medios en un mundo globalizado. Al final de la presentación, la editorial Penguin Random House ofreció en el Centro Horizontal cerveza de honor para los invitados. Desde la barra, un mesero ofrecía el néctar de cebada: “Joven, joven, ¿gusta una cerveza?”, a lo que el tal joven rechazó generosamente la invitación con un movimiento de mano. “Ándele, que es gratis”, insistió. El mesero nunca supo que el abstemio de ocasión era Ricardo Cayuela Gally, director editorial del conglomerado editorial. Hay estrellas de rock que se mantienen en el anonimato, a pesar de su fama como seguidores del dios Baco. 

Bitácora de los Ángeles del Gordo. Como parte de la Feria del Libro Universitario (Filuni 2019), la UNAM presentó en el museo Tamayo “La guerra fría y otras batallas: teatro reunido de Juan Villoro”. Fue una presentación discreta, casi íntima. Ahí, Villoro recordó que en su infancia montaba pequeñas obras de teatro con su hermana Carmen, esto en una casa de la colonia Roma que hacía las veces de centro cultural y muchos años después se convirtió, por azares del destino, en la casa de campaña del hoy presidente López Obrador. El escritor recordó “El traje nuevo del emperador”, entre las obras que montaron en aquella temprana edad y que, de alguna manera, resultó profética, recordó el también autor de “La casa pierde”. 

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