Cantina la 4T

LEO AGUSTO

OPINIÓN 23/09/2019 12:30 LEO AGUSTO Actualizada 12:30

Ahí tienen ustedes que Paco Ignacio Taibo junior entró a este congal gritando “¡Se las metimos doblada, camaradas!” y todos sus cuates aplaudieron como focas.

José María Riobóo levantó su trago y dijo en defensa del aeropuerto de Santa Lucía: “Pues los aviones se repelen”. Y todos brindaron con entusiasmo, unos hasta echaron porras.

 Ante la indignación de las mujeres que afuera de la cantina 4T son vejadas, acosadas y muchas, muchísimas, hasta desaparecidas, la doctora Sheinbaum dio un trago a su Martini (Batres) y con aplomo dijo a los parroquianos: “No vamos a caer en provocaciones”. Con los monumentos, no”, vociferó el fantasma de La Tostada en representación del pueblo bueno.

En una esquina peleaban Batres y Monreal a machetazo limpio por ver quién administraba los baños del tugurio, mientras que acodado en la barra, estaba el doctorcito Mireles que, ya con hueso en mano, se refería a las mujeres como “nalguitas” y “pirujas”.

Parroquianas y parroquianos se ofendieron con estas grotescas expresiones, pero el dueño de la cantina, conocido como ‘Cabecita de Algodón’, minimizó el comportamiento y propuso enviar al lépero machista a cursos de equidad de género. Parroquianos, que eran casi 30 millones, celebraron la moción y callaron momias. 

Llegaron las fiestas patrias y la cantina seguía abierta, algunos ya estaban ebrios de poder cuando notaron que una piloto tuvo la ocurrencia de sugerir que alguien soltara una bomba la noche del Grito. Todos salieron tras ella, exigieron a la aerolínea que la despidiera, que la quemaran en leña verde ahí mismo en el Zócalo. Nadie tuvo las mismas consideraciones que tuvieron con el junior y el doctor machista.

Con la corbata de diadema, el director de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, Pedro Salmerón, se paró en la mesa y dijo a las cuatro esquinas del lugar que quienes secuestraron y asesinaron a Eugenio Garza Sada fueron unos “jóvenes valientes”. Se refería a la guerrilla 23 de septiembre que en tiempos de Luis Echeverría acabó con la vida del fundador del Tec de Monterrey por ser incómodo al sistema político de la época.

El lugar enmudeció, no porque la barbaridad dicha fuera mayor a las ofensas anteriores al pueblo de México por los otros funcionarios, sino porque fue la gota que colmó el vaso. Salmerón tuvo que renunciar al gobierno ante la presión de los empresarios. Los balbuceantes matraqueros acusaron a la derecha de censurar a un historiador como Pedro Salmerón, tan acostumbrado a mentar madres en redes sociales con absoluta impunidad.

En eso, entró a la cantina 4T un contingente de la CNTE a festejar que doblegaron al gobierno en la Reforma Educativa y que vuelve el pase automático a la docencia desde la Normal, la venta de plazas, habían derrotado moralmente al Presidente.

Periscopio

La Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, estuvo de visita en Yucatán e hizo tortillas a mano en Izamal. De su respaldo a la dictadura de Daniel Ortega, en Nicaragua, no dijo nada, hasta evitó el tema.

@LeoAgusto

 

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