Cambian la historia del teatro en México

Gil Barrera

OPINIÓN 20/09/2020 20:11 Gil Barrera Actualizada 20:11

Durante la pandemia, las más grandes empresas de entretenimiento buscaron una solución para seguir operando. Los ejecutivos de las grandes compañías que organizan espectáculos públicos, se tronaron los dedos por encontrar ingresos, trataron de aguantar vara para no liquidar gente y evitar que sus deudas se los comieran o perder, de plano, el jugoso sueldo que reciben todas las quincenas. 

En el mundo del teatro, el golpe de la pandemia fue mortal, más de 10 mil personas se quedaron sin empleo de la noche a la mañana, quedó en evidencia la vulnerabilidad que padecen como trabajadores, al no tener garantizado ni el servicio médico. Sin garantías, algunos confiaron en que esto pasaría y que arrancarían a partir de octubre.

Este proceso obligó a los productores a priorizar y pensar en las audiencias, en la gente que construye los proyectos y, al final, en quienes los firman como productores. Si varios ya eran sensibles, el resto entendió que para poder hacer arte hay que ser “buenas personas” —por poner una etiqueta—, se humanizaron y la ganancia de esta crisis será el presenciar propuestas que mueven el corazón. 

Así lo hicieron Mariana Garza y Pablo Perroni con ‘Elena’. La primera experiencia teatral que te lleva hasta las tripas del Teatro Milán para reencontrarse con el teatro. La oportunidad de recorrer las instalaciones de la mano de una historia y encontrarte con escenas perfectamente justificadas le da esperanza al público, que creía que el teatro estaba agonizando.  

El esfuerzo es excepcional y deja claro que toda la compañía sería capaz de salir a las calles y tocar puerta por puerta, para que la gente entienda que el teatro en México no morirá jamás. 

No logro entender cómo le hace ese grupo de actores para no derrumbarse ante las 10 personas que cada 20 minutos están con ellos; cada reunión con el público debe ser un shot de adrenalina impactante. Y lo hacen durante casi tres horas.

La obra transcurre en las instalaciones del Teatro Milán con todas las normas de distanciamiento social, sanitización interminable y el contacto visual con los actores de una interpenetración impecable. 

El esfuerzo que hacen Mariana y Perroni merece destacarse y no demerita lo que está haciendo cualquiera de los productores, al contrario, todo suma para la industria. Pero el valor de ver frente a frente a tu audiencia, requiere de un temple especial que hoy solo lo está logrando ‘Elena’ y eso cambia el destino de lo hecho antes y después de la pandemia. Nos leemos la próxima, aquí donde quizá hablemos de ti. 

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