En la audiencia, el juez lo vinculó a proceso, pero, por lo no grave de los delitos, remitió el caso al Centro de Justicia Alternativa del Poder Judicial de la CDMX, a fin de que el imputado reparara el daño al empleado y al establecimiento, y lograr una salida alterna al proceso penal.
En la primera sesión, el facilitador penal les explicó que el objetivo era lograr un acuerdo cuyo fin era resarcir los daños materiales a los dueños del bar, y a la salud del empleado, quien tuvo que ser operado.
El imputado expresó sentirse apenado por su conducta “mala copa”, y ofreció una disculpa; además, se dijo dispuesto a reparar los daños de manera íntegra.
En una segunda sesión, el representante del bar y el empleado presentaron sus respectivas facturas, y aunque a Eduardo se le hizo una suma muy elevada, no dudó en cubrir la totalidad del monto.
Se procedió a la firma del convenio de facilitación penal, en el que quedó establecido el compromiso de pagar lo solicitado, so pena de la reactivación del proceso en su contra.
Esto garantizó la reparación de los daños y una salida al proceso penal.