‘DIARIO VEMOS EL DOLOR’

Vendedores de coronas fúnebres son testigos del dolor causado por el Covid-19, en CDMX

Los locatarios del Mercado de Jamaica se han acostumbrado a ver los rostros tristes de quienes perdieron a un familiar a causa del virus

Vendedores de coronas fúnebres son testigos del dolor causado por el Covid-19, en CDMX

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 11/08/2020 11:37 Redacción Actualizada 11:37
 

POR JUAN CARLOS CORTÉS

El mercado de Jamaica luce apacible. Las flores ya no se venden igual. Aquí, los locatarios se han acostumbrado al dolor de quienes todos los días llegan por un arreglo para quienes han sido arrebatados por la epidemia del coronavirus.

“Siempre te amaré mamá”, decía el listón que me pidió una niña como de 14 años que vino con su papá y dos niños el 10 de mayo a comprar una corona para su madre que había fallecido por Covid-19”, relata Sara, vendedora de coronas y flores.

 “Somos el segundo contacto que las personas tienen cuando pierden a algún familiar por Covid, por eso conocemos este tipo de historias”, cuenta Patricia, madre de Sara, quien asegura que en mayo acudían más personas.

En ese mes fue cuando María, diabética y de 56 años se contagió. Ella también es vendedora de arreglos florales, y junto con sus dos hijas se infectaron: “Fue bien duro ese mes, 24 horas después del Día de la Madre me diagnosticaron Covid-19 junto a mis hijas, fue devastador. Estuve 15 días en el hospital, casi me intuban, por suerte pude salir adelante”, cuenta.

Su hija Guadalupe narra que además del contagio, angustia y miedo, “cuando nos diagnosticaron pasamos la enfermedad en casa, no veníamos al negocio, teníamos todos los síntomas, el problema fue cuando mi mamá ya no podía respirar y la llevamos al IMSS, ahí nos hicieron firmar una hoja de consentimiento por si la tenían que intubar”, recuerda.

Un día antes de su salida los médicos la confundieron con un paciente al que tenían que intubar, “mi mamá estuvo 15 días internada, 24 horas antes de que saliera nos hablaron y nos dijeron que tenían que intubarla, tuvimos mucho miedo, después nos avisaron que se confundieron de cama, fue un alivio”, detalla.

María narra que vivir esa situación fue una experiencia que no le desea a nadie: “A mí me tocó cuando había muchos fallecidos, te llevaban al baño y veías los cuerpos, eran decenas”, asegura.

Ella no fue la única. Belén, quien también vende coronas, dijo que Evaristo, su esposo, contrajo Covid-19.

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