DERECHO HUMANO

Presas usan calcetas como toallas sanitarias, por falta de insumos en cárceles de México

La higiene menstrual es un derecho humano, según organizaciones internacionales, como Human Rights Watch y Wash United

Presas usan calcetas como toallas sanitarias, por falta de insumos en cárceles de México

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 15/01/2020 16:01 Melissa Amezcua Actualizada 13:29
 

Viridiana aprendió que en la prisión hasta un calcetín sirve como toalla durante la menstruación; Isabel se aísla cada que menstrúa y no hay agua en la cárcel; Abigail aprendió que cualquier pedazo de tela es valioso para la regla. Las tres mujeres descubrieron que en las cárceles de México el derecho a la higiene menstrual no existe. 

Diversas entrevistas con mujeres que están o han pasado por la cárcel y con cuestionamientos vía transparencia, las autoridades no otorgan insumos para el periodo menstrual, por lo que las reclusas dependen de las visitas familiares para tener toallas o tampones o para comprarlos adentro. 

“En el Cefereso de Morelos, tenía hemorragias por mala alimentación y pérdida de peso. Yo no tenía tienda, porque no tenía depósito. ¿Qué podía hacer? Usar calcetines como toallas. 

“Nos daban cuatro calcetines: dos cafés y dos blancos, pero luego se acababan, porque el cambio de uniformes era cada medio año”, narra Viridiana, quien tiene 30 años y salió de prisión en 2019. 

De acuerdo con ella, en la prisión federal de Morelos, un paquete de toallas nocturnas costaba hasta 80 pesos; sin embargo, en tiendas regulares se encuentran entre 25 y 60 pesos.

DERECHO HUMANO

La higiene menstrual es un derecho humano, según organizaciones internacionales, como Human Rights Watch y Wash United, que subrayan que se trata de una base para garantizar la equidad de género.

Isabel es una de las 156 mujeres que habitan en el Centro de Reinserción Social de Cieneguillas, Zacatecas, y aseguró que la menstruación en reclusión es complicada. 

Antes de estar ahí, la mujer de 33 años estuvo en las Islas Marías, donde vio que otras reclusas usaban las blusas del uniforme como toallas sanitarias. 

En México, existe poca información sobre el derecho a la higiene menstrual de las mujeres encarceladas. A través de los órganos de transparencia, la Secretaría de Salud federal afirmó que no cuenta con datos sobre la compra de toallas sanitarias que se destinen a cárceles femeninas. 

Presumen certificación. En el consultorio médico del penal de Cieneguillas, una enfermera asegura que a las presas les entregan cinco apósitos cuadrados al día. “¿Toallas? No las recibo como tal... ¿Que el centro me las dé...? Es algo que yo tengo que adquirir con lo que yo trabajo... El familiar de una compañera me las trae”, reconoce Isabel. 

Además, las autoridades de Cieneguillas presumen la certificación que obtuvieron de la Asociación Americana de Prisiones (ACA), otorgada por el gobierno de EU.

Abigail pasó cinco años sin visita familiar en la cárcel de Santa Martha Acatitla. Durante su periodo menstrual, compraba en la tienda del penal toallas sanitarias por 50 pesos. Cuando no tenía dinero, sólo le quedaba la opción de recoger ropa vieja y cortarla en pedazos para usarlos como toallas. “[En mi periodo] me la pasaba encerrada, porque pensaba: ‘No, se me nota mucho el trapo’. Una vez estaba en clase de zumba y me avisaron que estaba manchada, y aunque éramos puras mujeres, me dio pena; me fui y ya no regresé a la clase”, relata la mujer de 43 años. 

Durante el tiempo que Abigail estuvo en Santa Martha, en el servicio médico le dieron toallas unas seis o siete ocasiones, o de tres a cuatro toallas por periodo. “Si una vuelve a ir, te reclaman: ‘Ayer viniste y ya te dimos’. [Por eso] las compraba en la tiendita”, recuerda.

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