QUÉDATE EN CASA, SI TE ES POSIBLE

Paseantes en Centro Histórico de CDMX respetan medidas vs Covid, sólo frente a policías

Tras pasar los accesos, la gente se olvida de la sana distancia y usar el cubrebocas

Paseantes en Centro Histórico de CDMX respetan medidas vs Covid, sólo frente a policías

(Foto: Archivo, El Gráfico)

Al día 07/07/2020 16:21 Yara Silva Actualizada 16:40
 

En las calles del Centro de la ciudad, no hay filtro ni letra del abecedario que detenga a paseantes y clientes. El miedo y las normas de sanidad contra el Covid-19 se olvidan frente a los puestos ambulantes y estantes de negocios.

Niños, ancianos y hasta familias completas acuden al Centro a pasear o a comprar productos que no son indispensables pero, dicen, les hacen falta.

Para Eusebio, conseguir un foco para reparar la luz fundida del portón de su casa es más importante, que exponer su salud en las calles de la ciudad.

Un pedazo de tela delgada pende de su nariz y ondea con el aire que sale de su boca al hablar. Es sólo un paño y un hilo que ató a su cabeza para poder pasar por uno de los filtros que da acceso a las calles sin normas de sanidad.

 Y es que al igual que Eusebio, las miles de personas que asisten al Centro Histórico respetan la distancia, pero lo hacen sólo frente a los ojos de los policías que los vigilan. Una vez pasado el filtro, la distancia, la limpieza y el cubrebocas se olvidan. 

NO CREEN EN EL COVID

Así como Eusebio, quien piensa que el virus es una bomba química producto de un científico chino, en la colonia Centro hay quienes todavía niegan la existencia del coronavirus.

Jesús rechaza que la pandemia exista y que el Covid-19 haya matado a más de 30 mil personas en México. Para él, la existencia del virus es un pretexto para controlar a la gente.

El gobierno, dice, quiere tener dominada a la gente y lo hace sembrando el miedo. 

Él es comerciante y dice que los filtros que establecieron para poder controlar a quienes entran y salen al primer cuadro de la ciudad deberían tener otra función porque ahí, el verdadero peligro no es ese virus “inexistente” del que muchos hablan, sino los grupo de narcotraficantes que operan en la ciudad.

Jesús y sus compañeros de ventas piensan que los filtros deberían ser establecidos para controlar a los de “ La Unión”. 

“Contra ellos deberían de actuar y no contra la gente que desea asistir a comprar sus mercancías, como nosotros que nos surtimos para poder vender”, comenta.

Para el comerciante de 51 años, las normas de sanidad y la cuarentena han hecho que su negocio vaya en picada. Primero, perdió los ahorros de años y ahora, asegura, está por perder las ventas de útiles escolares que son una de las más importantes del año.

Para intentar reponer lo perdido, él tiene que usar un cubrebocas que le rodea el cuello, porque de no portarlo, le negarían el acceso a las calles para vender sus mercancías.

TIENE MIEDO

Miguel es otra de las personas que deben acudir al Centro. Lo hace por necesidad. Tiene miedo y su temor se intensificó cuando se enteró que su padrastro había muerto víctima del virus. 

El miedo lo acompaña cada día y más cuando tiene que atender a decenas de personas que acuden a la tienda de ollas donde él trabaja. Aún así, Miguel no usa cubrebocas. Usarlo más de ocho horas al día lo molesta más que su miedo.

Google News - Elgrafico
Temas Relacionados
coronavirus

Comentarios