Oficinistas ya habían regresado a trabajar desde antes que Sheinbaum lo anunciara

Parece que el anuncio de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, para que las oficinas privadas regresaran a la normalidad desde ayer, fue un “llamado a misa”, pues para los vigilantes del Word Trade Center “todo está igual desde principios de año; nada cambió y llegan los mismos de todos los días”.

Para comerciantes de la zona, poco o nada ha cambiado este supuesto regreso, ya que la pandemia sólo modificó algunas costumbres, pues ahora los clientes usan cubrebocas y para ingresar a los edificios, además de exhibir su credencial, deben dejarse tomar la temperatura y tomar gel antibacterial.

Alrededores del antiguo Hotel de la Ciudad de México, donde están cientos de edificios corporativos, oficinas de Gobierno y comercios, sigue casi igual que a principios de año.

“En esta zona, desde principios de año empezó el movimiento”, comenta Chona, mientras prepara una “guajolota” de tamal verde.

“Antes del bicho vendíamos tres botes de tamales, luego pasamos a dos y después a uno. Con el regreso de los muchachos ya nos estamos recuperando”.

Poncho, el bolero, agradece que desde enero comenzó el retorno de los trabajadores a las oficinas.

“Si estos señores no hubieran regresado, ya me hubiera muerto de hambre. Por eso, no le he subido la boleada, sigue a 20 varitos”, señala.

Desde las 7:00 horas, de la estación Polyforum salen decenas de oficinistas que arriban de diversos puntos de la ciudad y del Edomex. Los más afortunados llegan en sus vehículos.

“Lo bueno es que ya no tengo que comprar perfumes. Ahora todos olemos a cloro y alcohol”, dijo una oficinista a su compañera.