Nutritiva y sabrosa herencia prehispánica, en el paladar

“Dicen que los insectos son la comida del pasado, pero también del futuro” y eso es precisamente lo que llevó a Edith Torres y a un grupo de amigas a emprender su negocio con la cooperativa ‘Viscosos, pero sabrosos’ y la marca ‘México en el paladar”, que ofrecen muchos insectos nutritivos cocinados, vivos, en salsa o, incluso, hasta en mezcal, para deleite y curiosidad de sus clientes. 

Edith recuerda que empezaron con los escamoles, que es de los insectos más famosos en gastronomía y gracias a que una de las socias tenía un restaurante de sushi, cerca del mercado de San Juan, en el Centro de la ciudad, se establecieron ahí. 

“Empezamos con el escamol, yo traía una idea porque mi mamá es de Hidalgo y siempre me platicaba de los chinicuiles y el escamol que se da mucho allá y me decía que “saben muy rico”. Ella de niña lo comía, pero ahora de grande ya no fue tanto el auge de lo prehispánico, pero no conocía la hormiga chicatana, ni los jumiles y todo eso es como rescatar un poquito, porque es la comida del pasado, pero también del futuro”, asegura. 

Garantiza que esto se comerá en unos años “porque para criarlos no necesitas tanta agua como con la res y ese tipo de cosas; entonces, son menos recursos naturales que se ocupan para criar estos insectos y cuidas el medio ambiente”. 

Fue así que con ayuda de una socia que es chef empezaron a cocinar los bichos para tacos o, simplemente, comerlos así, tal cual, y hoy tienen jumil (que es la chinche del árbol del monte), cocopache (chinche del árbol del mezquite), chinicuil (gusano rojo del maguey), chapulín, acocil (camarón de agua de río), hormiga chicatana, alacrán, cucaracha de Madagascar y también carne de cocodrilo, avestruz, jabalí, búfalo y venado.

Por ahora, esta comida exótica es cara, pero aspiran a que la gente lo coma con más frecuencia y no se quedé sólo en una curiosidad, “es cambiar de chip, todo esto es nutritivo, se ve medio raro, pero es rico y ofrece mucha proteína”, dice Edith. 

No tenemos gente que diga ‘voy a regresar cinco veces a la semana’, porque es algo más como de experiencia, porque aún no es comercial”.
Edith Torres Cooperativista